Análisis:COYUNTURA INTERNACIONAL

¡Tenemos un problema!

No cabe duda de que el ciclo no inspira la confianza necesaria entre los agentes económicos. Para explicar el escepticismo que reflejan las previsiones de crecimiento y la atonía de la inversión empresarial, sobre todo en el cuadro macroeconómico europeo, viene argumentándose con el recurso a la mayor prima de riesgo geopolítica. De ser así, debería reflejarse en una mayor preferencia por la liquidez o por los activos sin riesgo. Sin embargo, los diferenciales crediticios se encuentran en sus niveles mínimos y la volatilidad de los mercados de renta variable se ha reconducido hacia cotas mínim...

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No cabe duda de que el ciclo no inspira la confianza necesaria entre los agentes económicos. Para explicar el escepticismo que reflejan las previsiones de crecimiento y la atonía de la inversión empresarial, sobre todo en el cuadro macroeconómico europeo, viene argumentándose con el recurso a la mayor prima de riesgo geopolítica. De ser así, debería reflejarse en una mayor preferencia por la liquidez o por los activos sin riesgo. Sin embargo, los diferenciales crediticios se encuentran en sus niveles mínimos y la volatilidad de los mercados de renta variable se ha reconducido hacia cotas mínimas.

Por tanto, más que una prima de riesgo, los mercados parecen estar cada vez más convencidos de la pérdida de dinamismo que las principales economías afrontarán en los próximos meses. De hecho, los dos pilares de la actividad productiva (Estados Unidos y China) están imponiendo un freno monetario a sus respectivas economías con el fin de contrarrestar posibles tensiones inflacionistas o, tal vez, según interpretan otros colegas, para acumular el margen de maniobra necesario en caso de que la desaceleración prevista en 2005 hiciera conveniente aplicar nuevos estímulos. Y no parece que la zona euro o Japón puedan compensar la caída en la demanda internacional; tras un inicio de año alentador, los datos del tercer trimestre frustran la esperanza de un crecimiento global compensado.

Como han insinuado las autoridades de EE UU, la posición actual del dólar les beneficia y perjudica a las economías de Europa y Asia

A juzgar por el comportamiento histórico de las rentabilidades de deuda pública, en niveles inferiores al 4% a 10 años, podría considerarse que el actual es un periodo excepcional difícilmente compatible con expectativas tan moderadas de crecimiento del PIB.

No obstante, en los últimos dos años nos hemos visto inmersos ya en cuatro periodos similares que comienzan a cuestionar la "excepcionalidad" de tipos de interés tan bajos. En primer lugar porque no es habitual que analistas e instituciones coincidan en apuntar una pérdida de crecimiento para 2005. Pero, además, porque las economías europeas se están viendo obligadas a convivir con un euro más fuerte y las asiáticas a seguir comprando bonos estadounidenses como resultado de las intervenciones para frenar la apreciación de sus monedas. Como han insinuado las autoridades de Estados Unidos, la posición del dólar les beneficia y son los gobiernos europeos y asiáticos los que tienen un problema.

César Cantalapiedra y Lara de Mesa son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas y de Gestión Pública.

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