LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

El careo entre los confidentes Zouhier y Trashorras termina en una bronca

El ex minero intentó agredir al marroquí en el juzgado y ambos intercambiaron insultos

El careo entre los confidentes José Emilio Suárez Trashorras y Rafá Zouhier, imputados por su presunta participación en el suministro de explosivos utilizados en los atentados del 11-M, tuvo ayer momentos de máxima tensión. Ambos tienen un carácter fuerte y fueron calentándose hasta que, tras un intercambio de insultos, Trashorras se levantó de su silla con la intención de agredir a Zouhier. El policía que le custodiaba lo impidió, sujetándole por los hombros y obligándole a sentarse. El juez Juan del Olmo, ante la violencia de la situación y lo inútil del careo, decidió suspenderlo....

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El careo entre los confidentes José Emilio Suárez Trashorras y Rafá Zouhier, imputados por su presunta participación en el suministro de explosivos utilizados en los atentados del 11-M, tuvo ayer momentos de máxima tensión. Ambos tienen un carácter fuerte y fueron calentándose hasta que, tras un intercambio de insultos, Trashorras se levantó de su silla con la intención de agredir a Zouhier. El policía que le custodiaba lo impidió, sujetándole por los hombros y obligándole a sentarse. El juez Juan del Olmo, ante la violencia de la situación y lo inútil del careo, decidió suspenderlo.

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El fondo del careo tiene relación con lo manifestado por el confidente de la Guardia Civil para asuntos de drogas Rafá Zouhier en su quinta declaración ante el juez, el pasado día 11. El marroquí reveló que el 13 de marzo, dos días después de los atentados de los trenes de la muerte, tuvo una conversación con Antonio Toro en Asturias. Según Zouhier, Toro reconoció entonces que su cuñado, el ex minero y también imputado José Emilio Suárez Trashorras, estaba muy nervioso porque "los moros" pudieran ser los autores de la matanza. Toro negó que la charla se hubiera producido en esos términos, y por eso el miércoles se celebró un careo entre Zouhier y Toro, en el que según el juez "ambos mostraron igual firmeza".

El careo con Trashorras se celebró ayer en la Audiencia Nacional. Zouhier mantuvo su versión sobre la implicación del asturiano y las veces que le dijo que tenía compradores para los explosivos. Trashorras, de forma vehemente, negó que hubiera hablado con Zouhier de explosivos, mientras el marroquí le trató de arrinconar recordándole los lugares y las casas en las que se reunieron. Trashorras negó haber contado a Toro que estuviera nervioso y que le hubiera dicho que tenía varios compradores para la dinamita. Zouhier llegó a mencionar a Carmen Toro, esposa de Trashorras, que estuvo en una reunión el 26 de febrero de este año con Jamal Ahmidan y otros islamistas de la célula de Morata de Tajuña en una hamburguesería de Madrid, cuando Carmen Toro y Trashorras regresaban de Canarias de su luna de miel.

La tensión fue subiendo, con faltas de respeto entre Zouhier y Trashorras, hasta que los desprecios mutuos dieron paso a los insultos. El ex minero, visiblemente indignado, intentó levantarse de su silla, presumiblemente para agredir a Zouhier, pero el policía que le custodiaba le sujetó y lo evitó.

A la vista de que el careo no llegaba a ninguna parte, puesto que cada uno de los careados repetía invariablemente y cada vez más alto su postura, el juez Del Olmo lo suspendió definitivamente, haciendo constar que ambos imputados mostraron igual firmeza.

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A la salida, los periodistas preguntaron a Zouhier si se había careado con Trashorras. "Sí, sí, con el asesino ese", respondió. Preguntado sobre cómo había ido, agregó: "Bien, bien, con la verdad se va a todas partes. Llevo ocho meses diciendo la verdad, y decidle al señor Cuesta [Álvaro, portavoz del PSOE en la Comisión del 11-M] que yo no soy ningún mentiroso profesional".

"Soy Bin Laden"

Luego, cuando Trashorras salió del juzgado, los periodistas le preguntaron: "¿Buscaba hacer bombas con teléfonos móviles?". A lo que el asturiano respondió irónico: "Sí, y soy Bin Laden".

Trashorras mantuvo también un careo con el inspector jefe de la Brigada de Estupefacientes de Avilés (Asturias), Manuel Rodríguez García, Manolón, del que el ex minero fue confidente. Las discrepancias radicaban en el tipo de confidencias que Trashorras le hizo. El inspector, sereno y relajado, dijo que en las reuniones sólo hablaron de droga y nunca de explosivos, mientras que Trashorras afirma que le habló de los "moros" y de la venta de dinamita. Fuentes de la Audiencia Nacional aseguraron que el policía tuvo mayor firmeza y credibilidad que Trashorras.

La fiscal del caso, Olga Sánchez, ha pedido la citación de nuevos testigos. Además, ha solicitado la imputación de Lofti Sbai, jefe de un grupo de delincuentes comunes que presuntamente proporcionó una pistola a Zouhier, por tenencia ilícita de armas.

El Juzgado Central de Menores de la Audiencia Nacional publicó ayer el texto definitivo de la sentencia en la que condenó a un menor por haber transportado parte de los explosivos utilizados en el 11-M. La sentencia considera probado que Trashorras conocía que los islamistas iban a confeccionar bombas con su dinamita y no iba a ser utilizada en una mina en Marruecos, como argumenta.

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