OPINIÓN DEL LECTOR

A la caza del fumador

El día 23 de noviembre la dirección del metro inicia una campaña para que no se fume en los andenes, escaleras, pasillos... y se cumpla el Reglamento de Viajeros. La campaña consistirá en un gran despliegue de carteles, anuncios, pegatinas, mensajes por megafonía y los teleindicadores, folletos (en forma de separador de hojas) entregados a los fumadores...

Pero, ¡ojo!, esta fase informativa durará muy poco. Tal vez al día siguiente ya no haya folletos, sino directas frases para que el viajero apague el cigarro. Por las buenas... o a cambio de una ficha de infracción, anticipo de una mul...

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El día 23 de noviembre la dirección del metro inicia una campaña para que no se fume en los andenes, escaleras, pasillos... y se cumpla el Reglamento de Viajeros. La campaña consistirá en un gran despliegue de carteles, anuncios, pegatinas, mensajes por megafonía y los teleindicadores, folletos (en forma de separador de hojas) entregados a los fumadores...

Pero, ¡ojo!, esta fase informativa durará muy poco. Tal vez al día siguiente ya no haya folletos, sino directas frases para que el viajero apague el cigarro. Por las buenas... o a cambio de una ficha de infracción, anticipo de una multa.

Se precipitan con una campaña inútil, a golpe de talonario, y cargando sobre el trabajador del metro todo el enfrentamiento con los viajeros en un asunto tan peliagudo y tenso como éste. Se ha demostrado que la conversación con el viajero siempre es más efectiva que la sanción o el recurso represivo.

Años sin hacer nada de nada. Sin querer hacer nada. Y ahora esto: una campaña costosa, aparatosa, plena de despropósitos, sin auténtica intención de evitar que se fume en el metro, pues el recurso principal es (¡cómo no!) la represión, la sanción y los juzgados (a quien no pague la multa que imponga el consorcio o el organismo que decida). Con la opción de la ficha de infracción la situación en todo caso tomará un camino peor. Así, el Gobierno de la Comunidad y la dirección de la empresa encienden la mecha de otra tensión (entre los viajeros y los trabajadores del metro) con la misma colilla del cigarro que ahora van a exigir apagar.

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