Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

Mirando al sol

Sevilla capital se acerca a los 25.000 metros cuadrados de paneles solares térmicos

Sevilla es una de las pocas capitales españolas que decidió, hace ya algunos años, diseñar herramientas específicas con las que reducir la factura energética de la ciudad, tarea que se encomendó a la Agencia Local de la Energía. De esta manera nació una ambiciosa ordenanza municipal que regula múltiples cuestiones relacionadas con el consumo energético y que, sobre todo, establece una serie de obligaciones ciertamente novedosas.

La ordenanza, que entró en vigor en julio de 2002, presta especial atención a las fuentes de energía renovables. Así, los paneles solares térmicos, destinados a...

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Sevilla es una de las pocas capitales españolas que decidió, hace ya algunos años, diseñar herramientas específicas con las que reducir la factura energética de la ciudad, tarea que se encomendó a la Agencia Local de la Energía. De esta manera nació una ambiciosa ordenanza municipal que regula múltiples cuestiones relacionadas con el consumo energético y que, sobre todo, establece una serie de obligaciones ciertamente novedosas.

La ordenanza, que entró en vigor en julio de 2002, presta especial atención a las fuentes de energía renovables. Así, los paneles solares térmicos, destinados a la producción de agua caliente, pasaron a ser de uso obligado en todos los edificios de nueva construcción, y en aquéllos que se sometan a rehabilitación, aplicándose los sistemas de captación de tal manera que no provoquen impacto visual, sobre todo en las zonas del casco histórico. Asimismo, los edificios nuevos o rehabilitados deben someterse a una calificación energética y, a partir de ella, obtener una certificación oficial, documento que informa de las características energéticas del inmueble y las puntúa en una escala del 0 al 10. Sólo disfrutan de licencia municipal aquellas construcciones que obtengan al menos siete puntos en esta certificación.

Tras el lógico periodo de adaptación a la nueva normativa, la Agencia Local de la Energía ha presentado el primer balance de resultados de la ordenanza. En total han sido casi 1.500 las viviendas que hasta ahora se han sometido a las disposiciones que buscan una mayor eficiencia energética, criterio que también se ha aplicado a otro centenar de inmuebles destinados a diferentes usos, entre los que destacan las naves industriales, hoteles y locales comerciales.

Ahorro anual

El parque urbano de paneles solares térmicos se ha incrementando en 2.784 metros cuadrados, capaces de abastecer de agua caliente a 4.455 personas. En términos económicos, estos nuevos equipamientos aportan un ahorro anual cercano a los 200.000 euros, cifra que se eleva hasta los cinco millones de euros si se consideran los 25 años de vida media que poseen dichos equipos. Al mismo tiempo, los paneles, al no incrementar el consumo de combustibles fósiles, han evitado la emisión a la atmósfera de algo más de 600 toneladas de dióxido de carbono.

Antes de que entrara en vigor la ordenanza municipal, Sevilla había conseguido mejorar su parque de paneles solares térmicos gracias al programa Prosol, dependiente de la Junta de Andalucía. Las ayudas públicas incluidas en este programa facilitaron que el total de instalaciones en la ciudad rebasara los 21.000 metros cuadrados, cifra que, al sumarle las aportaciones inducidas por la nueva norma municipal, se ha incrementado hasta rozar los 25.000 metros cuadrados, cifra que no alcanza ninguna otra ciudad española. Además, esta superficie está creciendo de forma sostenida, a razón de unos 400 metros cuadrados por mes.

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En lo que se refiere a la calificación energética de los inmuebles, a la que también obliga la ordenanza municipal, éste es un procedimiento que permite evaluar diferentes elementos, desde la epidermis del edificio (muros, aislamientos, marcos de ventanas o tipo de acristalamiento, entre otros) hasta los sistemas que consumen energía para producir agua caliente o atender las necesidades de calefacción y refrigeración. Con todos estos datos se calcula el consumo de energía y se expresa en cantidad de dióxido de carbono emitido, información que permite aplicar una valoración que puede llegar hasta los diez puntos.

La nota mínima que exige la ordenanza es de siete puntos y, hasta ahora, la media obtenida en los inmuebles sevillanos que han debido someterse a este examen se sitúa en 8,3. En total han sido 1.295 las viviendas que han tramitado hasta ahora esta certificación, lo que les permitirá obtener ahorros energéticos de hasta un 40%. Esto significa, según las estimaciones de la Agencia Local de la Energía, que cada una de esta viviendas reducirá cada año su factura energética en unos 288 euros, o, lo que es lo mismo, a lo largo de toda su vida útil este conjunto de viviendas certificadas conseguirán un ahorro global cercano a los 15 millones de euros.

Por último, el Ayuntamiento hispalense considera que la nueva ordenanza está sirviendo para generar nuevos yacimientos de empleo, ya que todo el esfuerzo necesario para aplicar las obligaciones de la norma ha hecho que las empresas relacionadas con el sector de la eficiencia energética hayan incrementado su carga de trabajo en un 20%, porcentaje que podría crecer aún más en los próximos años. Hasta ahora se calcula que, de forma directa o indirecta, se han generado 86 nuevos puestos de trabajo en la ciudad.

sandoval@arrakis.es

Once petroleros

Todos los años la ciudad de Sevilla consume la energía equivalente a 871.398 toneladas de petróleo (tep) o, lo que es lo mismo, el combustible que transportan 11 petroleros de la misma capacidad del Prestige. Para abastecer esta demanda es necesario emplear, en forma de energía primaria, 1.327.137 tep, ya que una cantidad importante (más de 450.000 tep) se pierde en el transporte y distribución. Si estas cantidades se expresan en términos monetarios, hablamos de una ciudad que gasta anualmente alrededor de 1.000 millones de euros en energía, unos 1.500 euros por habitante.

La mayor parte de este recurso llega a la ciudad en forma de productos petrolíferos (67% del total), a los que sigue la electricidad (25%) y el gas natural (6,2%). Sólo una cantidad ridícula de esta energía (el 1,8%) procede de fuentes renovables. Pero si en algo destaca Sevilla dentro de esta parcela, como ocurre en otras grandes ciudades, es en el elevado consumo por unidad de superficie: mientras que en Andalucía la media es de 0,14 tep por kilómetro cuadrado, en la capital hispalense esta ratio se eleva por encima de los 5 tep/km2.

Sin grandes esfuerzos, ni restricciones que limitaran la calidad de vida, un porcentaje importante de este volumen de energía podría ahorrarse, lo que supondría un alivio para la economía de la ciudad, un uso más racional de recursos naturales escasos y una notable reducción en las emisiones de gases contaminantes.

En el horizonte del año 2010, el gobierno municipal se ha marcado como objetivo reducir la dependencia energética de la ciudad, disminuyendo el consumo en un porcentaje cercano al 30% e incrementando el uso de fuentes renovables hasta alcanzar un 12%.

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