Crónica:LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA | La hora de la verdad

Guía para seguir una larga noche electoral

La prensa y las cadenas de televisión estadounidenses intentarán observar los resultados con prudencia para evitar los errores de 2000

Existe una regla que deberían de seguir todos los periodistas: incluso si se trata del nombre de tu hermana, compruébalo. Hace cuatro años, Tom Brokaw, editor y presentador de NBC Nightly News, pasada la medianoche en la Costa Este de Estados Unidos, declaraba ganador de las elecciones al vicepresidente Al Gore. Un poco más tarde, el vencedor era George W. Bush. No mucho después, anunciaba que el resultado se quedaba en suspenso. Entonces, con cara de circunstancias, Brokaw miró a la cámara y pidió disculpas a los televidentes: "Hemos metido la pata. Y la hemos metido hasta el fondo". Se cubri...

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Existe una regla que deberían de seguir todos los periodistas: incluso si se trata del nombre de tu hermana, compruébalo. Hace cuatro años, Tom Brokaw, editor y presentador de NBC Nightly News, pasada la medianoche en la Costa Este de Estados Unidos, declaraba ganador de las elecciones al vicepresidente Al Gore. Un poco más tarde, el vencedor era George W. Bush. No mucho después, anunciaba que el resultado se quedaba en suspenso. Entonces, con cara de circunstancias, Brokaw miró a la cámara y pidió disculpas a los televidentes: "Hemos metido la pata. Y la hemos metido hasta el fondo". Se cubrieron de gloria.

Los errores cometidos en la larga noche electoral que se vivió en las elecciones presidenciales del año 2000 dejaron un amargo sabor de boca en la prensa en general y en las cadenas de televisión estadounidenses en particular. "Aprendimos mucho en 2000, y esperamos que aquellas lecciones nos sirvan durante las largas horas que vamos a vivir hoy y mañana", explica Tom Brokaw a la revista Newsweek.

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Para no equivocarse y lanzarse antes de tiempo es útil seguir una serie de pautas. Lo primero que hay que observar es la participación. Si es muy elevada, favorecería -así ha sido tradicionalmente- a los demócratas, ya que significaría que los seguidores de John Kerry han conseguido movilizar a los afroamericanos y a los sindicatos.

Sin embargo, una baja participación ayudaría a George W. Bush, porque cuando se refiere a votar, acuden en mayor número los republicanos que los demócratas. Ahora bien, en unas elecciones poco convencionales estos criterios pueden ser intercambiables. También hay que tener en cuenta el voto de las mujeres. Al Gore triunfó en 2000 porque le sacó 10 puntos a Bush entre las mujeres. Si a Kerry le fallan las mujeres, tendrá problemas.

Otra manera de leer lo que estará ocurriendo es controlar la batalla por los votos electorales. La cifra mágica para ser ganador es 270 votos electorales (sobre un total de 538). Hasta ahora, diversos sondeos han arrojado una horquilla de entre 181 a 205 votos electorales a favor de Bush. Así que necesitaría de 89 a 65 para ganar, dependiendo de cuál de los sondeos se utilice. Las encuestas muestran que Kerry va por detrás de Bush en estos cálculos, con 168 a 198 votos. En este caso necesitaría obtener de 102 a 72 para ser ganador.

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Empate en ocho Estados

Llegados a este punto, hay que observar cuidadosamente los Estados en los que la lucha por la Casa Blanca está empatada o muy ajustada. Son ocho: Colorado, Florida, Hawai, New Hampshire, Ohio, Nuevo México, Pensilvania y Virginia. Juntos suman 103 votos electorales. Pero no es necesario bucear en todos; con tres es más que suficiente: Florida, Pensilvania y Ohio, que suman 68 votos electorales.

Y aquí entran en juego los horarios. Los colegios electorales en Florida cierran sus puertas a las siete de la tarde, hora local (una de la madrugada, hora peninsular española). En Ohio las urnas se cierran a las siete y media (una y media de la madrugada española). En Pensilvania, a las ocho en punto, lo que significa las dos de la madrugada en España. En cualquier caso, siempre serían resultados provisionales procedentes de los sondeos a pie de urna.

Una vez más, Florida es la clave. Quien gane los 27 votos electorales del llamado sunshine state respirará aliviado. Al menos por un rato. A continuación habrá que fijarse en los dos Estados que Kerry debería de ganar, New Jersey, cuyo gobernador y sus dos senadores son demócratas, y Pensilvania, el Estado donde tiene su residencia su mujer, Teresa Heinz Kerry. Si los perdiera, Kerry tendría serios problemas. Bush no puede tropezar ni en Pensilvania ni en Ohio: ningún republicano ha sido presidente sin ganar allí. De ahí que prácticamente haya vivido en estos dos Estados en los últimos días.

Si durante la noche electoral en Estados Unidos (madrugada española), los primeros análisis muestran que la elección está muy ajustada en cualquier Estado todos tomarán precauciones. "Sospecho que tanto las grandes cadenas como las de cable estarán menos ansiosas y serán más prudentes en ser los primeras en anunciar un ganador", asegura Brokaw a Newsweek. "Este año espero que mis piernas se queden donde deben estar".

Si tuviera una hermana, Tom Brokaw asegura que esta noche comprobaría su nombre.

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