Las dudas del 'anxaneta' impiden a los de Vilafranca coronar un 'castell' inédito

La 'colla' del Penedès intenta la 'torre de nou amb folre sense manilles'

De magnífico cabe calificar el intento de torre de nou folrada que llevaron a cabo ayer los Castellers de Vilafranca en la celebración de su diada, con el que pusieron el broche final a una excelente temporada en la que, a pesar del relevo en su junta técnica, han conseguido mantener el nivel de años anteriores y, con ello, consolidar claramente su supremacía en el món casteller. La novedad de este castell es la ausencia de manilles.

Con el beneplácito del tiempo, que incluso permitió disfrutar de algún rayo de sol, los anfitriones atacaron ya de salid...

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De magnífico cabe calificar el intento de torre de nou folrada que llevaron a cabo ayer los Castellers de Vilafranca en la celebración de su diada, con el que pusieron el broche final a una excelente temporada en la que, a pesar del relevo en su junta técnica, han conseguido mantener el nivel de años anteriores y, con ello, consolidar claramente su supremacía en el món casteller. La novedad de este castell es la ausencia de manilles.

Con el beneplácito del tiempo, que incluso permitió disfrutar de algún rayo de sol, los anfitriones atacaron ya de salida el gran reto de la jornada, la torre de nou amb folre. La estructura subía firme y la plaza, llena hasta la bandera, ya empezaba a soñar con una nueva construcción inédita coronada cuando sucedió lo impredecible: las dudas del anxaneta, que tras un amago de retirada -a la altura de dosos- se decidió por fin a remontar. Pero ya fue tarde. El castell empezó a tambalearse y se derrumbó -hizo llenya- en un segundo.

El lamento de la colla fue ahogado por un cerrado y multitudinario aplauso de la afición, que salió convencida de la plaza de que el castell es posible. Tiempo habrá para volver a intentarlo.

En el turno de repetición, los Castellers de Vilafranca tuvieron que desmontar un quatre de nou amb folre descuadrado desde el inicio y que se fue desfigurando hasta hacer imposible su ejecución. Aun así, en la segunda ronda lograron completarlo, y en la ronda final obsequiaron a la plaza con la torre de nou amb folre i manilles, un castell que hace dos temporadas que nadie consigue completar y que esta vez les dio más trabajo del esperado. Pero los de Vilafranca alcanzaron el reto gracias a los cambios introducidos en la estructura, que la hicieron mucho más estable y maciza.

Un intento final de pilar de vuit amb folre i manilles que no llegó a buen puerto sirvió para cerrar la temporada de los de Vilafranca, que se quedaron con la promesa final de su cap de colla, Lluís Esclassans, de tener a punto la torre de nou folrada para su fiesta mayor, en agosto del año próximo. Los de Vilafranca hicieron gala de su merecido triunfo en el concurso de Tarragona.

Capgrossos de Mataró

Por lo que respecta a las agrupaciones invitadas, los Capgrossos de Mataró, que abrieron plaza, empezaron su exhibición ejecutando con solvencia su quinto cinc de vuit del año. En la segunda ronda completaron un trabajado tres de nou amb folre, tercero de la temporada, que les coloca definitivamente entre la élite castellera. Sin embargo, en la ronda final se les torció la actuación y tuvieron que desmontar un quatre de nou folrat con la estructura tan deformada que hubiera hecho muy difícil su coronación.

Teniendo en cuenta que el próximo domingo celebran su diada, los de Mataró optaron por no arriesgar más de la cuenta y cerraron su actuación con la torre de vuit amb folre.

La otra colla presente, los Sagals de Osona, salió muy satisfechos de la plaza tras haber conseguido completar por vez primera en su historia el tres de vuit, un castell que acompañaron del quatre de vuit, la torre de set y un intento de pilar de sis que no lograron coronar por muy poco.

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