Una encuesta refleja casos de malos tratos a embarazadas

El ginecólogo José María Bedoya y otros compañeros del hospital Virgen del Rocío elaboraron una encuesta entre mujeres que acudían al centro hospitalario sevillano que ofrece datos reveladores sobre la frecuencia de los malos tratos. Bedoya lamentó la escasa concienciación del personal sanitario ante este fenómeno, a pesar de que el entorno clínico constituye uno de los más apropiados para detectar las agresiones. "No tenemos asumido los malos tratos entre el personal sanitario, parece que lo seguimos considerando un tema privado", indicó el ginecólogo.

Según las respuestas recogidas po...

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El ginecólogo José María Bedoya y otros compañeros del hospital Virgen del Rocío elaboraron una encuesta entre mujeres que acudían al centro hospitalario sevillano que ofrece datos reveladores sobre la frecuencia de los malos tratos. Bedoya lamentó la escasa concienciación del personal sanitario ante este fenómeno, a pesar de que el entorno clínico constituye uno de los más apropiados para detectar las agresiones. "No tenemos asumido los malos tratos entre el personal sanitario, parece que lo seguimos considerando un tema privado", indicó el ginecólogo.

Según las respuestas recogidas por las enfermeras de varias áreas hospitalarias, el 20% de las mujeres había recibido amenazas de su pareja en alguna ocasión. Una de cada cinco entrevistadas confesaba que sentía miedo ante su pareja y que en alguna ocasión le había empujado o golpeado. El 21% aseguraba que le obligaban a tener relaciones sexuales contra su voluntad. Otro dato recogido en esta encuesta señalaba que el 13% de las mujeres preguntadas había sufrido malos tratos durante su embarazo.

El manifiesto asumido por el Grupo de Hombres de Sevilla, al que pertenece José María Bedoya, denuncia el "silencio" ante la violencia machista como una complicidad ante el mismo. "Cómplices por denegación de auxilio a las víctimas, y cómplices por permitir que quienes maltratan se sientan legitimados por una supuesta superioridad masculina sobre las mujeres, que les permite creerse con el derecho a controlar, educar, corregir y castigar a sus parejas", sostienen. Bedoya señala que los cambios son lentos y costosos, pero considera indispensable que a ello contribuyan otros hombres. El manifiesto de su grupo invita a todos a "enfrentarse a cualquier conducta que suponga desconsideración o maltrato, de cualquier tipo, hacia las mujeres".

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