Gallardón rehúsa implantar el sistema de recogida de envases que promueve Aguirre

La Comunidad aboga por cambiar los cubos domiciliarios por 'iglús' en la calle

El Ayuntamiento de Madrid se niega a cambiar el sistema de recogida de envases reciclables - tetrabrik, latas y plásticos- mediante el sistema de cubos amarillos que los basureros descargan diariamente a domicilio. La Comunidad de Madrid aboga por reemplazar estos cubos por unos iglús (grandes recipientes) instalados en las calles, a los que tendría que acercarse cada ciudadano a depositar estos objetos. Según fuentes municipales, este nuevo sistema retraería mucho a los vecinos y haría disminuir en picado la recogida de material reciclable. Además, el Ayuntamiento tiene contrata...

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El Ayuntamiento de Madrid se niega a cambiar el sistema de recogida de envases reciclables - tetrabrik, latas y plásticos- mediante el sistema de cubos amarillos que los basureros descargan diariamente a domicilio. La Comunidad de Madrid aboga por reemplazar estos cubos por unos iglús (grandes recipientes) instalados en las calles, a los que tendría que acercarse cada ciudadano a depositar estos objetos. Según fuentes municipales, este nuevo sistema retraería mucho a los vecinos y haría disminuir en picado la recogida de material reciclable. Además, el Ayuntamiento tiene contratado, hasta 2017, que las empresas recogedoras de la basura doméstica se hagan cargo al mismo tiempo del contenido del cubo amarillo.

La Consejería de Medio Ambiente presentará el próximo miércoles una campaña divulgativa del nuevo sistema de recogida de envases reciclables, que entrará en vigor el 1 de noviembre. La Unión Europea exige que, antes de 2008, el porcentaje de estos residuos recuperados para su tratamiento sea al menos del 60%.

Una directiva europea hace responsables a las empresas envasadoras de la recogida y tratamiento de sus latas y tetrabrik. A tal fin, esas empresas están agrupadas en diferentes asociaciones. En el caso de la Comunidad de Madrid, Ecoembalajes España, SA (Ecoembes) gestiona la recogida y el posterior tratamiento de tales residuos, negociando con el Gobierno regional, que a su vez negocia con los municipios.

Según fuentes de la Consejería de Medio Ambiente, 172 de los 178 municipios de la región han suscrito este convenio, aunque no han querido informar cuánto percibirá cada uno de los Ayuntamientos por cada una de las toneladas de envases que recojan sus servicios municipales.

El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por José María Álvarez del Manzano, decidió hace siete años proceder a la recogida de este tipo de basuras inorgánicas mediante un cubo amarillo depositado en cada portal o en cada vivienda unifamiliar. Los inquilinos sólo tienen que depositar la bolsa con los envases en ese cubo amarillo, que cada noche es retirado por los basureros municipales al mismo tiempo que los desperdicios orgánicos domiciliarios. Con ese fin, Álvarez del Manzano obligó a las empresas concesionarias de este servicio a que sus camiones tuvieran dos compartimentos (uno para los residuos orgánicos y otro para los plásticos y envases).

Contenedor cerrado

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María Jesús Villamediana, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental de la Consejería de Medio Ambiente, explicó ayer que este nuevo sistema de recogida de basura se implantará porque es más efectivo que el actual. "En julio pasado firmamos un acuerdo con todos los municipios de la Comunidad de Madrid, salvo seis, por el cual a partir de ahora los contenedores amarillos estarán cerrados con una tapa y tendrán un agujero para arrojar dentro los envases. Cada municipio elegirá el modelo que quiera, y su instalación será gratuita", agrega.

La directora de Medio Ambiente asegura que este sistema ofrece más garantías: "Al estar la tapa del contenedor cerrada, entendemos que allí sólo se depositarán los residuos que correspondan, ya que ahora nos encontramos hasta bicicletas. Los usuarios tendrán que ir a depositar los envases hasta estos contenedores que habrá en las calles. Para su instalación en las calles se está haciendo un estudio teniendo en cuenta la población que hay en cada zona y el tipo de gente que vive allí o si lo que hay son oficinas. El convenio firmado con Ecoembes, además, bonificará a los municipios que mejor hagan esta labor de reciclado".

"Está claro que los municipios pequeños necesitan esta infraestructura porque ellos no la tienen, pero la capital tiene unas circunstancias muy especiales. Por eso, comprendemos que el municipio de Madrid debe negociar directamente su convenio con las empresas envasadoras. Madrid tiene plantas de tratamiento de residuos".

La Consejería de Medio Ambiente señala que la recogida de residuos inorgánicos ha descendido y que en Madrid sólo se recupera un 35% de los envases que hay en el mercado. En Barcelona, por ejemplo, esta cifra alcanza el 60%. "Paralelamente a la puesta en marcha de este nuevo sistema de recogida iniciaremos una campaña de divulgación en la que no sólo explicaremos cómo hacerlo, sino también lo que se logra con este reciclado", añade Villamediana.

Fuentes del Ayuntamiento de Madrid se oponen radicalmente a cambiar el sistema de recogida de envases actual y a obligar a los vecinos a desplazarse hasta un punto alejado de su domicilio en busca de un iglú en el que tirar sus latas y tetrabriks. Los mismos medios temen que el cambio de sistema acarreará que los vecinos dejen de separar sus basuras y, en consecuencia, el Ayuntamiento recogerá muchas menos toneladas de envases. Un experto municipal explicó: "Los envasadores pagan al Ayuntamiento por cada tonelada que recogemos. Y si los ciudadanos dejan de separar los tetrabrik y las latas, eso supondría que el Ayuntamiento ingresara menos dinero. Sin embargo, el coste del servicio de recogida de basuras nos seguiría costando lo mismo. Es imposible que ahora les hagamos cambiar el sistema a las empresas concesionarias del servicio".

Un método igual que en Barcelona

Los vecinos de Barcelona, Valencia, Bilbao y Sevilla están acostumbrados a seleccionar sus basuras: por un lado, los restos orgánicos; por otro, los vidrios; por otra parte, el papel y el cartón, y, por último, los envases tetrabrik y las latas de conservas. Una vez separados en bolsas, estos ciudadanos deben recorrer un trecho de la calle en busca de los contenedores correspondientes que haya más cerca de sus casas.

Los madrileños han ido concienciándose poco a poco de la conveniencia de proceder así. Pero en el caso de los envases y plásticos reciclables, los madrileños están acostumbrados a meterlos en una bolsa amarilla que habitualmente el portero deposita en un cubo del mismo color, que posteriormente es recogido en el portal por los basureros municipales. Es decir, no tienen que ir ellos mismos en busca del contenedor callejero.

Fuentes del Ayuntamiento de Madrid consideran que cambiar el sistema actual supondría que muchos vecinos decidieran dejar de separar sus residuos para evitarse el paseo hasta el contenedor más próximo a su casa.

Las mismas fuentes consideran que todo el sistema de recogida de basuras, que está contratado hasta el año 2017, se vendría abajo. Hace siete años, el Ayuntamiento montó todo el operativo sobre esta base, obligando a las empresas concesionarias a comprar camiones silenciosos y equipados con dos compartimentos (uno para la basura orgánica y otro para los envases). Si ahora se implantara la recogida de tetrabriks y latas de conserva mediante iglús (como se denomina coloquialmente a los contenedores callejeros por su aspecto), eso obligaría a modificar todo el sistema: los camiones con dos compartimentos quedarían inservibles y, además, obligaría a las concesionarias a disponer de otros vehículos equipados con una grúa para poder vaciar el contenido de los iglús.

Por otra parte, fuentes municipales se resisten a implantar más contenedores en las calles, sobre todo en las más estrechas de la almendra central de la capital.

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