VISTO / OÍDO

Lavar la cara

Lo que hace Zapatero, se ve al cabo de sus seis meses que comentaba él en el espectacular número 9.999 de este periódico -el 10.000 es hoy-, es lavar la cara a la sociedad. Tenía churretones tras Aznar. Se ponen al día dos -¿o tres?- de los tres -¿o cuatro?- sexos (¿o hay cuarenta millones de sexos? Cada uno, su manía; intentemos que sea, por lo menos, cada dos). Queda el masculino, al que injustamente se supone dominante: se queda atrás en la carrera, acusado de cainismo. Tal como va el mundo, y el grupo de él en el que estamos, no se puede hacer más: las soberanías están perdidas, y la nuest...

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Lo que hace Zapatero, se ve al cabo de sus seis meses que comentaba él en el espectacular número 9.999 de este periódico -el 10.000 es hoy-, es lavar la cara a la sociedad. Tenía churretones tras Aznar. Se ponen al día dos -¿o tres?- de los tres -¿o cuatro?- sexos (¿o hay cuarenta millones de sexos? Cada uno, su manía; intentemos que sea, por lo menos, cada dos). Queda el masculino, al que injustamente se supone dominante: se queda atrás en la carrera, acusado de cainismo. Tal como va el mundo, y el grupo de él en el que estamos, no se puede hacer más: las soberanías están perdidas, y la nuestra se anega en Europa y en Estados Unidos. Aún queda esta distinción entre los dos bloques que ya no pueden ser Occidente a juzgar por las incorporaciones lentas y por el auge de Oriente.

Cuando salió el número 1 de este diario aún se luchaba por la salvación del mundo, por la incorporación del Tercero, el final del hambre, y por esas lecciones varias y vagas de la dignidad, los derechos humanos, la igualdad. Los que lo hacíamos, con equivocaciones muchas veces garrafales, somos los padres de este diario, que a veces es nuestro Edipo -matar al padre, acostarse con la madre-, y los observadores de lo que ha salido de todo. Zapatero mismo es un hijo de todo aquello. Lava la cara, nos hace algo más solidarios, da algunas monedas más a los desasistidos y sospecho que ese camino es el posible, aunque dé un poco de pena por incompleto. Habrá que esperar otros que, desde otros sitios, hagan lo imposible. El sistema, como le llaman al totalitarismo laico, es terrible. Va haciendo eso este gobernante arrancándoselo al sistema que en España es totalitario, en el sentido de que quiere también entrar en todo. Pensamiento, religión, natalidad, vestimenta, ceremonias, técnicas. Va defendiéndose. Es difícil, porque los extremistas del sistema tienen mañas, provocaciones, como la del diputado valiente -valiente diputado- del PP que se fue a Cuba a conspirar para que le echara Fidel, y culpar de rara carambola a Zapatero. ¡Qué tontería! Pero cunde. Lo malo es que Zapatero y sus chicas y chicos tengan que perder tiempo con esas añagazas y caigan tontamente en ellas.

(Tontamente: clave de la política y de la vida españolas. ZP: "Si las televisiones no regulan sus contenidos, el Gobierno actuará". Actuó, cuando la fundó Arias Salgado, por Franco: ponía chales en los descotes de la señoritas. Los contenidos no son de gobiernos de urna: no ponen chales).

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