OPINIÓN DEL LECTOR

Basura en televisión

Es notorio que Televisión Española (TVE) ha sufrido cambios importantes en su parrilla, lo cual confirma lo que debe ser una cadena de televisión que todos pagamos religiosamente. Pero ahí está el dato por el cual me veo obligado a hacer esta reflexión, sí, esto ocurre en una televisión pública; pero, ¿qué pasa con las privadas?

En este apartado siguen sin producirse variaciones que nos haga pensar en un posible final de la llamada "telebasura", y ante este dilema cabría preguntarse si el Gobierno que preside José Luis Rodriguez Zapatero pudiera entablar negociaciones con estas cadenas ...

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Es notorio que Televisión Española (TVE) ha sufrido cambios importantes en su parrilla, lo cual confirma lo que debe ser una cadena de televisión que todos pagamos religiosamente. Pero ahí está el dato por el cual me veo obligado a hacer esta reflexión, sí, esto ocurre en una televisión pública; pero, ¿qué pasa con las privadas?

En este apartado siguen sin producirse variaciones que nos haga pensar en un posible final de la llamada "telebasura", y ante este dilema cabría preguntarse si el Gobierno que preside José Luis Rodriguez Zapatero pudiera entablar negociaciones con estas cadenas para seguir apostando por una televisión de calidad y educativa que tanto necesitamos.

Las cadenas privadas no pueden seguir siendo la jungla donde cualquier personaje de la farándula campe a sus anchas llenando los contenidos de los programas de insultos, declaraciones y espectáculos que sólo al presenciarlos provoca la más absoluta repugnancia. Yo a esto también le llamo "terrorismo televisivo", y si no cómo poder justificar qué personajillos que salen de la nada, que no han hecho nada en toda su vida, de la noche a la mañana pasen a vivir como reyes, demostrando prepotencia y tratando de enseñar a salir adelante a base de contar disparates, y como colofón se les presente como luchadores, acaparando portadas de revistas e incluso artículos periodísticos.

Creo que ya es hora de poner el freno a esta locura y poner a cada uno en su sitio, pues de lo contrario se seguirá alentando a magnificar una realidad construida sobre una vida fácil y ociosa, toda una ofensa hacia tantas miles de personas que sufren en sus carnes el paro, la marginación y la profunda frustración de ver cómo el esfuerzo diario por vivir con dignidad no se ven recompensados. Una de las bases sobre las que se construye una sociedad moderna e igualitaria, o al menos así debe ser, es la presencia de unos medios de comunicación en concordancia con la realidad cotidiana de cualquier ciudadano, y por ello la televisión no puede ser un instrumento de propaganda de parásitos y vagos.

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