"Estoy de acuerdo con que haya una evolución, pero no una revolución", dice Manuela Carrasco

"Cuando el público oye Tronío piensa que soy yo. Como todos mis espectáculos, gira en torno a mí; pero también rinde homenaje a los grandes como Carmen Amaya, Sabicas o Paco Valdepeñas". Así de claro lo tiene Manuela Carrasco, bailaora desde los nueve años -tiene 46-, hija de El Sordo de Triana y defensora a ultranza del "gitanismo, lo puro y la raza".

Manuela Carrasco estrenará Tronío esta noche en el teatro de la Maestranza y con este espectáculo finalizará la XIII Bienal de Flamenco de Sevilla. La clausura, mañana en el Maestranza, será un homenaje a los desaparecidos J...

"Cuando el público oye Tronío piensa que soy yo. Como todos mis espectáculos, gira en torno a mí; pero también rinde homenaje a los grandes como Carmen Amaya, Sabicas o Paco Valdepeñas". Así de claro lo tiene Manuela Carrasco, bailaora desde los nueve años -tiene 46-, hija de El Sordo de Triana y defensora a ultranza del "gitanismo, lo puro y la raza".

Manuela Carrasco estrenará Tronío esta noche en el teatro de la Maestranza y con este espectáculo finalizará la XIII Bienal de Flamenco de Sevilla. La clausura, mañana en el Maestranza, será un homenaje a los desaparecidos Juan Valderrama, La Paquera de Jerez y Manolo Soler.

"El público está falto de flamenco puro desde hace muchos años. Estoy de acuerdo con que haya una evolución, pero no una revolución; por eso no he ido a ver ningún espectáculo de la Bienal", aseguró Manuela Carrasco ayer en Sevilla. "Ahora se piensa que si sales vestida de artista al escenario estas anticuada y yo como no tenga una peina y un coral no me encuentro a gusto", dice la bailaora que cuenta con colaboración especial de tres cantaores para el estreno de Tronío. Con Arcángel bailará las alegrías, Enrique el Extremeño le cantará en el taranto y también contará con la voz de Juana la del Pipa. "Lo he bailado todo, menos los que no me van bien como el garrotín o una guajira", añade la bailaora que compartirá escenario con su hija Samara, cantaora y bailaora.

"Mi nieta Manuela, con cinco años, canta y baila que es para comérsela. Cuando vamos a actuar se pone nerviosa como nosotros. Creo que va a ser artista, lo lleva en los genes", dice orgullosa la bailaora que en enero iniciará una gira por México, Alemania, Italia, Japón y, por primera vez, actuará en Rusia.

La bailaora, que se queja de no recibir subvenciones de la Junta para sus espectáculos, explica que había pedido una ayuda para representar Esencias en Madrid durante 15 días y que Cultura sólo le ofreció 18.000 euros. "Para una compañía de 22 personas, con eso no hay ni para hoteles y viajes; así que no lo he cogido", afirma. "No se si los gitanos estaremos incluidos en todas esas cosas que asegura que se harán cuando se cree la Agencia del Flamenco", añade.