Los investigadores buscan un 'zulo' en el que creen que se halla el 'banco'

La Guardia Civil está convencida de que la cúpula etarra aún guarda en secreto la ubicación de un zulo en el que guarda dinero procedente del pago en metálico del llamado impuesto revolucionario. El paradero de este escondite sería conocido por Mikel Antza, quien cerca de su casa de Salies-de-Béarn tenía enterrado un bote con 21.000 euros. En Briscous fueron localizados otros 50.000 euros (en dólares) junto a un misil tierra-aire. "Una de las líneas de investigación es encontrar el banco de ETA, bien en otra casa o en otro escondite", explicó ayer el ministro del Interior,...

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La Guardia Civil está convencida de que la cúpula etarra aún guarda en secreto la ubicación de un zulo en el que guarda dinero procedente del pago en metálico del llamado impuesto revolucionario. El paradero de este escondite sería conocido por Mikel Antza, quien cerca de su casa de Salies-de-Béarn tenía enterrado un bote con 21.000 euros. En Briscous fueron localizados otros 50.000 euros (en dólares) junto a un misil tierra-aire. "Una de las líneas de investigación es encontrar el banco de ETA, bien en otra casa o en otro escondite", explicó ayer el ministro del Interior, José Antonio Alonso.

El paradero del dinero de ETA ha sido uno de los grandes quebraderos de cabeza para las fuerzas de seguridad, que siempre han sostenido que la banda dispone de fondos suficientes. Las pesquisas apuntaban a que el aparato financiero era manejado por etarras "muy veteranos", acostumbrados a la clandestinidad o bien retirados desde hace años de la actividad. Los intentos de romper esta estructura de los últimos años han sido infructuosos.

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Sin embargo, el que Soledad Iparragirre fuera la encargada del cobro y gestión del impuesto revolucionario, tal y como sostienen los investigadores, y la ingente cantidad de armas halladas en los zulos (compradas durante los últimos cinco años) hace pensar a las fuerzas de seguridad que Anboto y Antza serían los cajeros de la organización.

La búsqueda de este escondite procedía ayer con equipos de sismología a fin de localizar fallas en el suelo, aberturas o excavaciones donde pudiera ocultarse. "Lo más seguro es que su localización salga del análisis de la documentación", precisó el ministro Alonso.

Por otro lado, Dina Lichtas, esposa del ex concejal de Hendaya Robert Arrambide, y el hijo de la pareja fueron puestos ayer en libertad en Bayona. Mientras, Arrambide ha sido trasladado a los juzgados de París, a cuya disposición quedaron anoche las 11 personas que aún permanecen detenidas.

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