Un estudio revela la insuficiencia del servicio de ayuda a domicilio

Sólo el 16% de los usuarios cubre sus necesidades con este recurso

La mayoría de los usuarios del servicio de ayuda a domicilio "presenta dependencia para actividades de la vida diaria que no están siendo atendidas". Un análisis elaborado por Polibienestar, de la Universidad de Valencia, destaca que este servicio sólo cubre todas las necesidades a un 16% de los mayores que asiste y apenas ayuda al 33% de los ancianos que no pueden comer, ducharse, vestirse, ir al baño o levantarse de la cama.

El Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), es un instrumento que prestan los servicios sociales municipales diseñado para prestar ayuda a las personas que no pueden ...

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La mayoría de los usuarios del servicio de ayuda a domicilio "presenta dependencia para actividades de la vida diaria que no están siendo atendidas". Un análisis elaborado por Polibienestar, de la Universidad de Valencia, destaca que este servicio sólo cubre todas las necesidades a un 16% de los mayores que asiste y apenas ayuda al 33% de los ancianos que no pueden comer, ducharse, vestirse, ir al baño o levantarse de la cama.

El Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD), es un instrumento que prestan los servicios sociales municipales diseñado para prestar ayuda a las personas que no pueden valerse por si mismas en las actividades cotidianas más básicas, por lo que se trata de un recurso mayoritariamente destinado a mayores. Sin embargo, en la práctica, esta ayuda en lugar de prestar servicio a las necesidades más acuciantes de los ancianos, se limita en el 66% de los casos a un simple cuidado de la casa y en el 14% a hacer la compra, independientemente de que el usuario tenga necesidades más acuciantes. Así se desprende de un estudio elaborado sobre la ayuda a domicilio por Polibienestar, el equipo de la Universidad de Valencia destinado a analizar las situaciones de dependencia.

El informe, publicado en noviembre de 2003 a partir de información de 2001 de los 11.067 usuarios, muestra que de las personas que necesitan ayuda para comer, el servicio de ayuda a domicilio sólo atiende al 3,8% de los usuarios incapaces de hacerlo por sí mismos. El porcentaje es algo más alto para los que necesitan asistencia para ducharse o bañarse, ya que se atiende al 28%. Sólo se ayuda al 6,4% de los que no pueden vestirse, y al 34% de quienes necesitan apoyo para su aseo personal. Otras de las necesidades básicas son el control anal de los dependientes (que el SAD cubre en un 3,3% de los casos que necesitan ayuda), el de orina (cubierto en un 2,9%) o en la ayuda al ir al retrete (un exiguo 1,2%). Entre los problemas de las personas con movilidad reducida se encuentra la dificultad o imposibilidad de levantarse de la cama pos sí mismos y sentarse en un sillón -de forma que se evite la ulceración que produce la falta de movilidad en la cama-. El SAD sólo atiende al 5,6% con estas necesidades. En cuanto a las personas que necesitan a alguien para cualquier desplazamiento, un 94% no tiene esta ayuda y ninguna de las personas que requieren la asistencia del SAD para subir y bajar escaleras cuentan con el apoyo de este servicio. Según el estudio, el 45,6% de los usuarios no está siendo atendido en ninguna actividad básica de la vida diaria y el 41,5% recibe ayuda para alguno de estos problemas.

El servicio domiciliario tampoco cubre mínimamente aspectos que son incapaces de hacer los dependientes como el de hacer la comida (hay un 90% de personas no atendidas), lavar la ropa (98%) o en ayuda en tomar la medicación (97%).

El coste medio por hora de atención es de 8,7 euros, y el anual por cada caso asciende a 1.095 euros. En total, la suma destinada a este servicio -que presta en el 63% de los casos empresas privadas- fue de 10,8 millones de euros, que sufragaron la Consejería de Bienestar Social y las diputaciones en un 54%.

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