CAE LA CÚPULA TERRORISTA

El Ejecutivo descarta hacer concesiones al entorno de la banda

El Gobierno no está dispuesto a que se repita lo que sucedió tras la detención de la dirección de ETA, el llamado colectivo Artapalo, en Bidart (Francia), en marzo de 1992, el precedente de la operación que protagonizó la policía el domingo con la detención de los dos principales dirigentes de la banda en la actualidad, así como de la incautación de su arsenal.

Tras la caída de la dirección etarra en 1992, el PNV inició un acercamiento a HB (hoy Batasuna), que contó con el respaldo del PSE y del Gobierno socialista de entonces, y se materializó en concesiones al entorno de...

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El Gobierno no está dispuesto a que se repita lo que sucedió tras la detención de la dirección de ETA, el llamado colectivo Artapalo, en Bidart (Francia), en marzo de 1992, el precedente de la operación que protagonizó la policía el domingo con la detención de los dos principales dirigentes de la banda en la actualidad, así como de la incautación de su arsenal.

Tras la caída de la dirección etarra en 1992, el PNV inició un acercamiento a HB (hoy Batasuna), que contó con el respaldo del PSE y del Gobierno socialista de entonces, y se materializó en concesiones al entorno de ETA, como el cambio de trazado de la autovía de Leizarán, que la banda terrorista, debilitada, interpretó como una victoria. Aquella estrategia del Ejecutivo socialista estaba situada en el marco de la colaboración entre el Ministerio del Interior, que dirigía José Luis Corcuera, y el Departamento vasco de Interior, que encabezaba Juan María Atutxa. El marco político lo fijaba el Pacto de Ajuria Enea, de enero de 1988, que abría la puerta a una final dialogado con ETA.

Pero desde entonces a ahora ha llovido mucho y la propia experiencia de lo sucedido tras la caída de Bidart sirvió al PSOE y el PP para establecer una nueva estrategia antiterrorista. En primer lugar, ya no existe una estrategia política compartida entre el Gobierno socialista y el Gobierno vasco porque los nacionalistas rompieron el Pacto de Ajuria Enea en 1998.

Lo que hoy está en vigencia es el Pacto Antiterrorista, suscrito entre el PSOE y el PP, que establece claramente que el Ejecutivo no hará ningún tipo de concesión política a ETA. Fue precisamente en esta cuestión en la que ayer puso el acento el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Hoy está descartado el final dialogado con ETA que admitía el Pacto de Ajuria Enea. La única opción que le cabe a la organización terrorista es el cese definitivo de la violencia. A partir de ahí, el Gobierno podría estudiar soluciones particulares para los presos y huidos etarras.

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