El PP eliminará de sus estatutos toda referencia al "humanismo cristiano"

El PP va a suprimir de sus estatutos la definición de la ideología de ese partido "dentro de la filosofía del humanismo cristiano". A cambio, se contará como un partido "inspirado en los valores de la libertad, la democracia y el humanismo de tradición occidental". El PP argumenta que es "una adaptación lógica a los nuevos tiempos en un partido de centro reformista". Afirma que está "en línea" con la transformación de la Internacional Demócrata Cristiana, de la que forma parte el PP, a la Internacional Demócrata de Centro, y "se ha inspirado" en la definición ideológica por la que optó la FAES...

El PP va a suprimir de sus estatutos la definición de la ideología de ese partido "dentro de la filosofía del humanismo cristiano". A cambio, se contará como un partido "inspirado en los valores de la libertad, la democracia y el humanismo de tradición occidental". El PP argumenta que es "una adaptación lógica a los nuevos tiempos en un partido de centro reformista". Afirma que está "en línea" con la transformación de la Internacional Demócrata Cristiana, de la que forma parte el PP, a la Internacional Demócrata de Centro, y "se ha inspirado" en la definición ideológica por la que optó la FAES, la fundación que preside José María Aznar, al agrupar en una diferentes fundaciones de corte democristiano, liberal y conservador.

La eliminación de toda referencia al cristianismo de los estatutos que el PP aprobará en su congreso de primeros de octubre contrasta con la entusiasta defensa con la que Aznar, ex presidente del Gobierno y anterior líder de ese partido, defendió incorporarla a la Constitución europea. Aznar peleó por que hubiera una referencia al cristianismo como una de las bases de los fundamentos históricos de la Unión Europea. No salió adelante. Ahora su partido suprimirá toda mención al cristianismo de sus estatutos.

Gabriel Elorriaga, redactor de los nuevos estatutos, mantiene que "no hay contradicción" entre ambas cosas. Recuerda que en el borrador de Constitución europea se hacía una referencia a la base grecolatina y a la Ilustración como fundamentos históricos de Europa. Y que "los democristianos europeos reclamaron entonces que hubiera también una referencia al cristianismo como parte de esa base histórica". Aznar fue uno de los más beligerantes defensores de tal propuesta. El resultado de aquel debate en Europa es que no se hace mención alguna a ningún fundamento histórico. "Nosotros ahora subsumimos todos esos elementos en la expresión 'humanismo de tradición occidental", mantiene Elorriaga. Y une esa definición ideológica a la defensa de los valores de "convivencia pluralista en libertad dentro de una economía de mercado".

"Vieja democracia cristiana"

Para argumentar que tal supresión no supone ninguna ruptura con las posiciones defendidas por Aznar, Elorriaga recuerda parte del discurso del ex jefe del Ejecutivo en el anterior congreso del PP, en enero de 2002. Entonces, Aznar se vanaglorió de que el ejemplo del PP había "servido para refundar la vieja, honrada y honorable Internacional Demócrata Cristiana y convertirla en una Internacional Demócrata de Centro", que él sigue presidiendo. Y añade, en esa misma tesis de "avance lógico", que el cambio de los "principios inspiradores de la ideología del PP desde el humanismo cristiano al humanismo de tradición occidental fue incorporado, antes que en el PP, en la FAES", la fundación que preside Aznar.

La ausencia de discrepancias con los postulados mantenidos en la etapa de Aznar sí es indiscutible en la posición del PP sobre la guerra de Irak, que ese partido debatirá en su congreso dentro de su ponencia de política internacional.

El texto de la ponencia equipara las intervenciones militares de Kosovo, Afganistán e Irak; apoya el envío de un nuevo contingente a Afganistán decidido por el Gobierno socialista, y censura la retirada de tropas decidida por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, el domingo 18 de abril, nada más tomar posesión. La ponencia califica de "irresponsabilidad inaceptable" que Zapatero ordenase la retirada "justo antes de que la Resolución 1.546 del Consejo de Seguridad de la ONU instase a los Estados miembros a enviar fuerzas militares a dicho país". Esa resolución fue votada después por España, como miembro temporal del Consejo de Seguridad. Según el PP, votarla y retirar las tropas significa que "España ha incumplido sus obligaciones internacionales y desoído la resolución de la ONU".

También en línea con lo que mantenía Aznar, el PP defiende en su ponencia que "si Irak sucumbe al caos y al fanatismo, el mundo entero se verá afectado", por lo que "todas las naciones democráticas, incluida España, deben volcarse para ayudar a Irak a encaminarse hacia la democracia".

La contundencia del texto escrito y firmado por Dolors Nadal y Pablo Matos contrasta con los circunloquios utilizados por ambos ayer en rueda de prensa al contestar a dos preguntas planteadas reiteradamente: ¿el PP enviaría hoy de nuevo las tropas a Irak?, y ¿el PP respalda la guerra preventiva? La respuesta a ambas fue que "el PP apoya las decisiones adoptadas sobre la base de resoluciones de la ONU" y que la guerra de Irak "tuvo ese apoyo". Este rodeo retórico unido al texto de la ponencia permite inferir una respuesta afirmativa a ambas cuestiones.

Lo que también queda claro en la ponencia de política internacional que defenderá el PP en su Congreso es que no será fácil el consenso en esta materia con el Ejecutivo. Por ejemplo, los ponentes escriben: "Las primeras decisiones del Gobierno socialista se han caracterizado por su antiamericanismo trasnochado, su seguidismo de otros países, su voluntad de complacer a toda costa a Marruecos, su comodidad dentro de la irrelevancia en los órganos de decisión europeos y su comprensión hacia el neopopulismo izquierdista iberoamericano". En rueda de prensa, añaden: "En la España menguante de Zapatero entendemos que [Jacques] Chirac y [Gerhard] Schröder vengan a felicitarle por haber logrado que España haya dejado de ser un competidor en la UE". Y apostillan que el Gobierno actúa "acomplejado ante Marruecos y ha abandonado a su suerte al pueblo saharaui".