Reportaje:

Un réquiem "elevado"

La Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra cierran la Quincena bajo la dirección de Varga con la obra de BrahmsUn réquiem "elevado"

La 65ª edición de la Quincena Musical de San Sebastián llega a su fin. Y lo hace de la mano de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, que esta tarde y el lunes pondrán música y voz a la compleja obra de Johannes Brahms (1833-1897) Un réquiem alemán, op. 45, bajo la batuta de Gilbert Varga. Tras un cara a cara con la partitura, el director londinense llevará al auditorio Kursaal una lectura del trabajo de Brahms poco habitual. "No es un réquiem al uso, oscuro y dramático, sino una pieza serena, con pocos momentos trágicos", resalta. Y añade, no sin ironía: "Te e...

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La 65ª edición de la Quincena Musical de San Sebastián llega a su fin. Y lo hace de la mano de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Orfeón Donostiarra, que esta tarde y el lunes pondrán música y voz a la compleja obra de Johannes Brahms (1833-1897) Un réquiem alemán, op. 45, bajo la batuta de Gilbert Varga. Tras un cara a cara con la partitura, el director londinense llevará al auditorio Kursaal una lectura del trabajo de Brahms poco habitual. "No es un réquiem al uso, oscuro y dramático, sino una pieza serena, con pocos momentos trágicos", resalta. Y añade, no sin ironía: "Te eleva, te hace pensar que merece la pena estar muerto".

Varga, codirector de la Sinfónica de Euskadi desde hace siete años junto con Cristian Mandeal, participó ayer en la presentación de las dos sesiones que clausurarán la Quincena. A su lado estaba el director del Orfeón, José Antonio Sainz Alfaro, quien ahondó en las palabras del maestro. "Aunque no deja de ser un réquiem, Varga ofrece una visión elevada y con esperanza", apuntó el cabeza del coro donostiarra.

Sainz Alfaro asegura que los orfeonistas han vivido los ensayos con Varga como momentos muy "enriquecedores", ya que ha sido capaz de transmitirles "ideas nuevas" sobre una obra habitual en los repertorios. Esta realidad, a su juicio, conlleva el riesgo de "caer en la rutina y creer que está todo dicho". Sin embargo, el director londinense, hijo del célebre violinista húngaro Tibor Varga, les "ha redescubierto una forma de hacer el réquiem", insiste.

El centenario Orfeón Donostiarra estará acompañado en el escenario por la soprano bilbaína Olatz Saitua y el barítono británico David Wilson-Johnson. El cantante, que con más de treinta años de carrera ha actuado prácticamente en todos los teatros y auditorios del mundo, así como en los festivales más importantes, conoce muy bien Un réquiem alemán. Ha interpretado la pieza de Brahms nada más y nada menos que 150 veces. Aún así, siempre intenta aportar algún matiz nuevo, un propósito que su veteranía hace más fácil.

"Una de las ventajas de hacerse mayor es que uno ya no tiene los nervios de la juventud ni tiene que hacer todo de manera rápida. Ahora puedo dejarme llevar por la corriente y disfrutar de la orquesta, de las voces del coro, de los maravillosos colores que tiene esta obra. En definitiva, divertirme", comenta.

El barítono admite además que su estado de ánimo y su visión del mundo varía en función del día y de las "noticias terribles" que llegan de Irak o de otros puntos del planeta. Estos hechos tienen un reflejo, o al menos eso pretende él, en su modo de interpretar una obra como Un réquiem alemán.

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Wilson-Johnson califica esta obra de "pieza para la reconciliación, hoy más necesaria que nunca". Y es que recuerda que la interpretó en Nueva York tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y dice que, "por primera vez", vio "emociones muy intensas en el público norteamericano".

La soprano Olatz Saitua también aprecia ese toque de "esperanza" en la visión de Varga sobre la obra del compositor de Hamburgo, quien necesitó 14 años para escribirla. La cantante, que encuentra en este trabajo "unas tremendas posibilidades interpretativas", se confiesa "alucinada de cómo domina el canto y la escena" su compañero solista. Pero, sobre todo, dirige su atención al coro. "Lo importante es que cada uno ponga su grano de arena para que el conjunto sea lo fundamental", apunta. Algo que se reflejará en el escenario porque Varga "ayuda a que cada uno de lo mejor".

Cita en Zumárraga

El Cuarteto de Urueña, una formación dedicada a un trabajo creativo, pero riguroso, sobre la música histórica en España, abrirá esta tarde (19.30) la 21ª edición del Ciclo musical de La Antigua, que tiene como sede la ermita del mismo nombre, bautizada también Santa María y ubicada en Zumárraga.

Organizado por la Diputación de Guipúzcoa y el Ayuntamiento de Zumárraga en colaboración con la Quincena Musical, el ciclo tiene una propuesta para todos los sábados de septiembre con entrada libre. El próximo día 11, el protagonismo recaerá en el clarinetista José Luis Estellés y el pianista Juan Carlos Garvayo, quienes interpretarán obras de Burgmüller, Brahms, Debussy, Milhaud y Gershwin.

El Conjunto Barroco de San Sebastián y Conductus Ensamble actuarán el sábado 18 bajo la dirección de Gotzon Arrizabalaga. El ciclo se despedirá el día 25 con la soprano Nerea Erauskin, solista habitual de oratorios, recitales y galas de ópera que cuenta con un repertorio amplio que abarca desde el Barroco hasta nuestros días. Estará acompañada al piano por Patxi Aizpiri.

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