Rajoy y la cúpula del PP coinciden en dar un giro social al partido

La inmigración será uno de los asuntos con los que los populares acosarán más al Gobierno

Casi 30 horas de reunión en el Parador de Tordesillas (Valladolid), en medio de fuertes medidas de seguridad, han servido a los principales dirigentes del PP para repasar los asuntos políticos claves y preparar su congreso nacional, previsto para el 1, 2 y 3 de octubre. No se habló de nombres, pero sí de la estructura de poder: se pretende suprimir las vicesecretarías para dar paso a un sanedrín flexible. Mariano Rajoy coincidió con la cúpula de su partido, según fuentes de la dirección, en la necesidad de dar un giro social a su política y avanzar en la senda centrista.

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Casi 30 horas de reunión en el Parador de Tordesillas (Valladolid), en medio de fuertes medidas de seguridad, han servido a los principales dirigentes del PP para repasar los asuntos políticos claves y preparar su congreso nacional, previsto para el 1, 2 y 3 de octubre. No se habló de nombres, pero sí de la estructura de poder: se pretende suprimir las vicesecretarías para dar paso a un sanedrín flexible. Mariano Rajoy coincidió con la cúpula de su partido, según fuentes de la dirección, en la necesidad de dar un giro social a su política y avanzar en la senda centrista.

La reunión de Tordesillas nunca llegó a ser secreta, aunque el PP lo intentó. Los medios de comunicación tuvieron que hacer frente a unas estrictas medidas de seguridad y perseguir a unos dirigentes que, en su afán de no hablar con la prensa y ni siquiera fotografiarse juntos, jugaron al ratón y al gato con los periodistas. Y ganaron, hasta el final.

Mariano Rajoy, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Josep Piqué, Pío García Escudero, Javier Arenas, Jaime Mayor Oreja y Carlos Aragonés, la cúpula del PP, habían repasado durante casi 30 horas los asuntos que les ocuparán en los próximos meses. Rajoy preparó antes la reunión con Ana Pastor, Gabriel Elorriaga y José María Michavila.

En Tordesillas hablaron de política económica, de inmigración, de las reformas del modelo de Estado que propone el PSOE, de los asuntos sociales que llegarán en breve al Congreso -violencia de género, matrimonios gay, células madre- y también de la ponencia sobre Estatutos del Congreso del PP, la que marcará la nueva estructura de poder.

En este último punto, aunque Rajoy tiene la última palabra, el debate dejó bastante claro, según fuentes de la dirección consultadas, que lo más probable es que se eliminen las actuales tres vicesecretarías para dar paso a un sanedrín flexible, una dirección más ágil y reducida que la actual, con miembros natos -los coordinadores de área y portavoces parlamentarios- y otro grupo no estable elegido por Rajoy como asesores del presidente. En ese segundo grupo entraría, con toda probabilidad, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. También estarían Piqué y Arenas, entre otras cosas porque Cataluña y Andalucía, dos comunidades claves en la derrota del 14-M, serán la prioridad del PP en los próximos meses. En esa cúpula reducida se incorporaría también la parte de renovación que Rajoy quiere imprimir a la dirección, con las personas que hasta ahora "habían estado en el banquillo", según su expresión. También se habló de posibles modificaciones estatutarias para "abrir más el partido a a la calle", con más peso para los portavoces de áreas sectoriales.

Los ocho dirigentes también analizaron el asunto político que más les aleja del PSOE: la cuestión territorial. Piqué, uno de los dirigentes que en este asunto siempre se ha mostrado menos inmovilista, introdujo los elementos fundamentales de la ponencia que prepara para el congreso, y no hubo discrepancias serias. Antes del congreso, el PP reunirá a sus alcaldes y presidentes autonómicos.

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Otro asunto que suscitó mucho debate fue la necesidad, compartida por todos, de moderar sus posiciones en asuntos de contenido social -matrimonios gay y violencia de género- porque creen que no pueden dejar que el PSOE se quede en solitario con esa bandera. La posición del PP quedará clara en la ponencia social que se presentará este domingo. Los dirigentes creen que deben caminar hacia el centro, entre otras cosas porque los pactos del PSOE con ERC e IU llevan a los socialistas hacia la extrema izquierda, según el PP.

La inmigración ocupó una parte importante de la reunión. Todos estuvieron de acuerdo en calificar de "irresponsable" al Gobierno por sus anuncios de regularización y coincidieron en que éste debe ser uno de los asuntos en los que el PP ataque al PSOE con más claridad y defienda su gestión.

Mariano Rajoy y Ángel Acebes, a la salida de su reunión en el Parador de Tordesillas (Valladolid).EFE

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