La financiación y los horarios ponen en peligro las fiestas de Gràcia

Quejas vecinales por los problemas que causan las fiestas alternativas

El presidente de la Federación de Fiesta Mayor de Gràcia, Albert Torres, alertó ayer de que los festejos anuales en este barrio barcelonés "pueden correr un gran peligro" si no se logra que "todo el mundo respete las normas y los horarios" y no se resuelve el problema de financiación. En rueda de prensa para hacer balance de las fiestas de Gràcia, que finalizaron ayer, Torres aseguró que "muchos vecinos" que participan habitualmente en la organización de las actividades festivas del barrio se están planteando arrojar la toalla, dado su malestar por el comportamiento de algunos asistentes, en p...

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El presidente de la Federación de Fiesta Mayor de Gràcia, Albert Torres, alertó ayer de que los festejos anuales en este barrio barcelonés "pueden correr un gran peligro" si no se logra que "todo el mundo respete las normas y los horarios" y no se resuelve el problema de financiación. En rueda de prensa para hacer balance de las fiestas de Gràcia, que finalizaron ayer, Torres aseguró que "muchos vecinos" que participan habitualmente en la organización de las actividades festivas del barrio se están planteando arrojar la toalla, dado su malestar por el comportamiento de algunos asistentes, en particular jóvenes del colectivo okupa.

Torres, flanqueado por el regidor del distrito de Gràcia, Ricard Martínez, de Esquerra Republicana, se quejó de que, paralelamente a los actos organizados con motivo de las fiestas, han proliferado media docena de "fiestas alternativas" en el barrio, algunas de ellas sin permiso municipal, que "no respetan los horarios y suelen terminar sobre las 6 o 7 de la mañana, en lugar de a las 2 o 3.30".

Pese a evaluar "positivamente" el desarrollo de las fiestas de este año y destacar que el pasacalle reunió a 500.000 personas, Torres denunció los destrozos provocados en los adornos de dos de las 23 calles engalanadas este año en el barrio, concretamente en la calle de Torres y la calle de la Providència. Ante esta situación, añadió, "muchos vecinos piensan que quizá no vale la pena trabajar todo el año" para "vestir" sus calles de fiesta mayor, pese a que en esta edición ha habido un "éxito" de asistencia, con casi dos millones de visitas, por encima del pasado año.

En septiembre, los organizadores de las fiestas se reunirán en asamblea y decidirán qué posición adoptar sobre estos problemas.

Por su parte, Ricard Martínez quitó hierro a la posibilidad de plante vecinal y precisó que el próximo año "seguro" que se celebrarán de nuevo las fiestas de Gràcia. Martínez explicó: "Hay muchos vecinos que, cada año, dicen que no volverán a organizar la fiesta en sus calles, pero finalmente vuelven a participar".

El concejal del distrito de Gràcia indicó que este año se habían concedido permisos para dos fiestas alternativas, pero eso no evitó que en determinados espacios del barrio se organizaran conciertos improvisados o concentraciones de jóvenes hasta bien entrada la madrugada, que "parasitan y distorsionan" las fiestas.

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"Los vecinos no tienen por qué aguantar esta situación", prosiguió Martínez, quien explicó que la solución a este problema es "multifacética". En concreto, Martínez apostó por "acelerar los procesos judiciales" para desalojar las casas okupadas, aplicar determinadas "medidas coercitivas" para hacer cumplir las normas de las fiestas e impedir que la prensa avale el comportamiento de estos colectivos.

Martínez avanzó que Ayuntamiento, Generalitat y, posiblemente, Diputación se reunirán próximamente para encontrar una solución al problema de financiación de las fiestas de Gràcia, con el fin de garantizar la continuidad de unos festejos que, en su opinión, deben preservar "su modelo", que gira en torno a las calles engalanadas del barrio.

Asimismo, el edil lamentó que el "grave" incidente ocurrido justo antes de empezar las fiestas del barrio, con un okupa herido de gravedad al ser agredido por un skinhead, haya "planeado" por encima de la festividad y se haya llevado la mayor parte de titulares en los periódicos.

'Okupas' intolerantes

Jordi Portabella, teniente del alcalde de Barcelona por ERC, calificó ayer de "intolerable" la actitud de los okupas que el pasado viernes impidieron la lectura del pregón de la fiesta mayor del barrio de Sants en protesta por el desalojo de la antigua fábrica Hamsa. Portabella aseguró que no habrá permisividad con quienes "boicoteen" las celebraciones populares.

Según el concejal, el Ayuntamiento de Barcelona respeta a aquéllos que respetan a quienes no piensan como ellos. Y añadió: "No creo que la línea que tenga que seguir el Ayuntamiento sea la de respetar a quienes boicotean y no respetan los intereses de los otros". En este sentido, advirtió: "Los okupas, con sus actos, están boicoteando a los vecinos, que llevan un año trabajando para celebrar su fiesta mayor, no a nosotros [a los componentes del consistorio]".

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