Motores de gasolina con inyección directa

La inyección directa parece ser la solución elegida para protagonizar la próxima evolución de los motores de gasolina. El objetivo es mejorar su atractivo comercial frente a los turbodiésel, lo que supone aumentar las prestaciones y la limpieza de las emisiones, y sobre todo acortar distancias con el consumo de los motores de gasóleo, que a igual cilindrada gastan alrededor de un 20% menos.

Varias marcas ofrecen ya motores de gasolina con inyección directa, pero con diferentes denominaciones. Mitsubishi fue la primera en comercializar esta tecnología bajo las siglas GDI; Alfa Romeo (JTS...

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La inyección directa parece ser la solución elegida para protagonizar la próxima evolución de los motores de gasolina. El objetivo es mejorar su atractivo comercial frente a los turbodiésel, lo que supone aumentar las prestaciones y la limpieza de las emisiones, y sobre todo acortar distancias con el consumo de los motores de gasóleo, que a igual cilindrada gastan alrededor de un 20% menos.

Varias marcas ofrecen ya motores de gasolina con inyección directa, pero con diferentes denominaciones. Mitsubishi fue la primera en comercializar esta tecnología bajo las siglas GDI; Alfa Romeo (JTS) cuenta con los propulsores 2.0 más potentes (165 CV). Y el grupo VW (FSi), a través de Audi, Seat, Skoda y la propia VW, ofrece la gama más completa: 1.6 y 2.0 de cuatro cilindros, y un 3.2 V6.

El Golf, que está disponible con dos motores 1.6, uno convencional y otro FSi de inyección directa, permite establecer comparaciones. El 1.6 convencional tiene 102 CV, alcanza 184 km/h. y consume 9,8 litros en ciudad y 5,6 en carretera; el 1.6 FSi rinde 115 CV, llega a 192 km/h. y gasta 8,5 litros en ciudad y 5,3 en carretera. Además, las emisiones de CO2 también son inferiores: 173 gr/km para el 1.6 por 154 del 1.6 FSi, un 10% menos.

El retorno de la potencia

Otra tendencia de moda es el retorno de los motores con turbo, que permiten ofrecer la potencia y prestaciones de mecánicas de más cilindrada con un peso y consumo inferiores. Así, a las marcas que han utilizado siempre esta solución, como Saab y Volvo, se suman ahora otras, como Renault (Mégane y Laguna) y Opel (Astra). Y Audi, que lanzó ya en los noventa el 1.8 turbo, vuelve a situarse por delante con el nuevo 2.0 T. FSi, que combina turbo e inyección directa, la solución del futuro.

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MÁS POTENCIA Y MENOS CONSUMO

EL NUEVO MOTOR 2.0 FSi turbo que estrenará en septiembre el Audi A3 Sportback, la versión cinco puertas del A3, recoge ya las soluciones que se popularizarán pronto en otros modelos: inyección directa de gasolina y turbo.

Esta combinación permite al nuevo Audi ofrecer la potencia (200 CV) y prestaciones de las mecánicas turbo con los consumos contenidos y bajas emisiones de los motores de inyección directa. El A3 Sportback 2.0 FSi Turbo con cambio secuencial DSG y tracción delantera (se ofrece también con 4×4), alcanza 236 km/h. y acelera de 0 a 100 km/h. en siete segundos, unos registros similares e incluso mejores a los de los motores 3.0 de seis cilindros actuales. Pero en comparación, lo mejor es el consumo: tan sólo seis litros en carretera y 10,9 litros en ciudad, frente a los 6,9 y 13,9 litros de un A4 3.0 V6 con cambio manual de seis marchas. Las emisiones también muestran ventajas meritorias: 185 gramos de CO2 por kilómetro en el A3 2.0 FSi Turbo y 228 gramos de CO2 por kilómetro en el A4 3.0 V6.

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