El Gobierno se molesta con Maragall por crear "enfrentamientos" entre autonomías

Chaves advierte de que la "singularidad" no puede ser excusa para obtener privilegios

En el Gobierno ha causado un nuevo sobresalto el discurso del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, porque "suena" a discriminación entre comunidades aunque mucho de lo que diga pueda ser razonable. Por tanto, con sus apreciaciones comete "un error" y perjudica la estrategia del Gobierno para que las reformas constitucionales y estatutarias se hagan por consenso. Y necesariamente con el PP. El presidente andaluz, Manuel Chaves, a cuyo concurso apeló Maragall, remacha que el reconocimiento de la "singularidad" no puede ser excusa para obtener "privilegios".

El Gobierno va a emp...

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En el Gobierno ha causado un nuevo sobresalto el discurso del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, porque "suena" a discriminación entre comunidades aunque mucho de lo que diga pueda ser razonable. Por tanto, con sus apreciaciones comete "un error" y perjudica la estrategia del Gobierno para que las reformas constitucionales y estatutarias se hagan por consenso. Y necesariamente con el PP. El presidente andaluz, Manuel Chaves, a cuyo concurso apeló Maragall, remacha que el reconocimiento de la "singularidad" no puede ser excusa para obtener "privilegios".

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El Gobierno va a emprender muy pronto, en septiembre, la tarea de tejer con sumo cuidado una negociación con todas las comunidades autónomas y con los partidos políticos para llevar adelante los cambios constitucionales previstos en su programa y la reforma de algunos Estatutos de autonomía. Pero ésta es una materia sensible que ha provocado enfrentamientos los pasados cuatro años entre el PSOE y el PP, y que ahora el Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero quiere evitar a toda costa.

Las consideraciones del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, respecto a que Cataluña debe ser considera "comunidad histórica" y su emplazamiento a Andalucía para que haga lo mismo causó ayer disgusto en el Ejecutivo por cuanto que ha dado alas a dirigentes de los populares para que pongan el grito en el cielo. Los medios gubernamentales consultados expresaron ayer a este periódico su malestar no tanto por el contenido de las apreciaciones de Maragall sino por lo que puede interpretarse. Y lo que se ha interpretado es que unas comunidades son de un nivel superior a otras. "El mejor mecanismo para que Cataluña no consiga lo que pide es que su presidente haga declaraciones de ese tipo porque crea enfrentamiento y aleja el consenso", señalaron los interlocutores gubernamentales consultados. "Queremos hacer las reformas por consenso y no hay consenso, ni reformas ni cambios sin el PP", recordaron estos interlocutores. En el Gobierno se está molesto porque estas "tormentas" jalean y dan alas a los sectores del PP que no quieren reformas y que se sienten más cómodos con el discurso de que "los socialistas rompen España", dicen las mismas fuentes.

En los próximos días el presidente Rodríguez Zapatero tendrá la oportunidad de hablar con Maragall sobre este asunto ya que departirán en Menorca. Mientras tanto ha correspondido al presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, sentar las bases de lo que va a ser la negociación estatutaria. Chaves afirmó que ayer en Huelva las reformas "deben reconocer las singularidades y hechos diferenciales de las comunidades autónomas porque es un dato objetivo, existen y son un fiel reflejo de la España plural". Pero al tiempo advirtió: "Esos hechos diferenciales no deben ser excusa para la discriminación o el privilegio de unas comunidades frente a otras". Y añadió: "Ese reconocimiento tiene que ser compatible con la cohesión y la solidaridad interterritorial y en el conjunto de España".

Chaves, que asistió en Huelva a la inauguración de los XI Campeonatos de Atletismo Huelva 2004, respondió con estas declaraciones a la propuesta del presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, que instó el jueves a Andalucía a que se decante por apoyar un tratamiento específico a las nacionalidades históricas y de origen cultural.

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El presidente andaluz evitó calificar las palabras de Maragall, aunque reconoció que el debate había "cogido vuelo" tras la intervención del presidente catalán. Para Chaves, la referencia a Andalucía "demuestra la importancia que tiene en el debate sobre el desarrollo del Estado de las autonomías y viene a desmentir a todos aquellos que vienen alborotando en este debate, acusando a la Junta de Andalucía de un papel secundario o subsidiario".

Chaves indicó que siempre se ha mostrado partidario de que en la futura reforma constitucional "se reconozcan las 17 autonomías y las dos ciudades autónomas", pero precisó que esa mención debe hacerse de tal manera que "sea aceptada por todas las comunidades autónomas para que éstas se sientan cómodas con ese calificativo". El presidente andaluz propuso ayer constituir un pacto político que incluya a los diferentes partidos políticos y regiones con el objetivo de que esas referencias de las comunidades "sean aceptadas por todos", dijo.

Por su parte, el consejero andaluz de la Presidencia, Gaspar Zarrías, hizo un llamamiento al "sentido común", aunque mantuvo que el debate "es bueno para todos". Zarrías indicó que en las reformas estatutarias "es muy fácil herir sentimientos", por lo que abogó por la "cautela" para evitar la creación de "trincheras".

Las apelaciones de Chaves y de su consejero de Presidencia al consenso se pondrá en práctica cuando el Gobierno reúna la Conferencia de Presidentes en noviembre, informa Efe. Aunque el espíritu ya lo marcó el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, cuando hizo balance el pasado 29 de julio del paso de todos los presidentes autonómicos por el Palacio de la Moncloa. Sevilla dio por abierta una nueva etapa de "entender y vivir España con normalidad, tolerancia, respeto, diálogo institucional, manteniendo cada uno sus convicciones, pero intentando hacerlo con el objetivo de buscar soluciones y consensos, no exclusiones, anatemas y confrontaciones". Además, lamentó que la Constitución se haya utilizado en ocasiones como "arma arrojadiza".

"Buscaba complicidades"

Los socialistas vascos creen innecesarias las apelaciones a las "nacionalidades históricas". El secretario general del PSE-EE de Guipúzcoa, Miguel Buen, sostuvo que "puede haber también otras regiones u otras nacionalidades como la propia Castilla, que fue casi uno de los Estados primigenios de España, que también querrán tener ese trato". "¿Está hablando también de eso Pasqual?, pues posiblemente", añadió.

El portavoz de la Generalitat, Joaquim Nadal, precisó que Maragall no había querido "dar lecciones a nadie" cuando exhortó a Andalucía a obtener "un reconocimiento de su singularidad", sino que sólo "buscaba complicidades y pedía ayudas", informa Adrián Foncillas. En opinión de Nadal, Maragall únicamente pretendía recordar el pacto fundacional de la Constitución de 1978 y dar a conocer que le "parecería bien" que se explicitara en ella cuáles son las comunidades históricas.

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