Reportaje:ENCLAVES CULTURALES DEL SIGLO XXI

Nuevas fronteras del arte

Si de tomar el pulso del arte contemporáneo se trata, no es ni a los grandes museos, ni a remedos alternativos como el centro cultural Tacheles a los que hay que acudir en la capital alemana. Lo mejor es dirigirse directamente a un edificio a primera vista poco vistoso en la Auguststrasse, 69. Allí, en una antigua fábrica de margarina, tiene su sede un espacio de exposiciones llamado sencillamente Kunstwerke (obras de arte). Su director es Klaus Biesenbach, quien a sus 38 años al mismo tiempo ejerce de comisario del PS1 en Nueva York, el vástago del arte contemporáneo del MOMA. Biesenbach es u...

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Si de tomar el pulso del arte contemporáneo se trata, no es ni a los grandes museos, ni a remedos alternativos como el centro cultural Tacheles a los que hay que acudir en la capital alemana. Lo mejor es dirigirse directamente a un edificio a primera vista poco vistoso en la Auguststrasse, 69. Allí, en una antigua fábrica de margarina, tiene su sede un espacio de exposiciones llamado sencillamente Kunstwerke (obras de arte). Su director es Klaus Biesenbach, quien a sus 38 años al mismo tiempo ejerce de comisario del PS1 en Nueva York, el vástago del arte contemporáneo del MOMA. Biesenbach es una figura clave de aquel nuevo Berlín que se comenzó a forjar a partir de la caída del muro, en 1989. Dos años después, los Kunstwerke abrirían sus puertas. La Auguststrasse, en pleno centro Este de la ciudad, aún era una calle mal iluminada, con edificios a punto de derrumbarse, y un sinfín de recovecos para acoger a artistas con mucha ilusión y pocos recursos. El mérito de Biesenbach durante esta etapa de transformación -hoy, la Auguststrasse es todavía galerística, pero ya distinguida- fue no sólo consolidar los Kunstwerke, sino también contraponer el rigor artístico a la mera espontaneidad. Año tras año, se ofrecen talleres-beca a entre seis y ocho artistas nacionales e internacionales. Por sus instalaciones -2.000 metros cuadrados costosamente renovados entre 1995 y 1998- han pasado sonadas exposiciones individuales, de Santiago Sierra, por ejemplo, y muestras conceptuales, como El estado de las cosas, a cargo de la ex comisaria de la Documenta Catherine David. Siempre presentes: las nuevas y ya no tan nuevas tecnologías, y la interacción del arte con otros campos, como la arquitectura, la ciencia social o la moda. Y la política, por supuesto: para 2005 está previsto un de antemano polémico balance de lo que fue el grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo. "Creo que el arte es el espacio en el que este tipo de sucesos históricos mejor puede condensarse y uno de los pocos en los que es posible una discusión compleja sobre lo acontecido", cree Biesenbach.

Biesenbach es una figura clave del nuevo Berlín surgido tras la caída del muro
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Obra de Nando & Silva, en uno de los muchos edificios convertidos en centros de creación.PATRICIA SEVILLA CIORDIA

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