Las menores de 22 años acaparan el 25% de los abortos

En 2003 hubo 15.332 interrupciones de embarazo

El último boletín epidemiológico de la Consejería de Sanidad y Consumo aporta datos para la reflexión: de los 15.332 abortos practicados a lo largo de 2003 en los hospitales y clínicas autorizadas de la Comunidad de Madrid, una cuarta parte de ellos, esto es, 3.833, fue a jóvenes menores de 22 años. El mismo boletín revela otro dato sobrecogedor: 36 de las pacientes que voluntariamente interrumpieron sus embarazos sólo tenían entre 10 y 14 años. Además, el 63,4% de todas estas mujeres hacía al menos dos años que no acudía a un centro de planificación familiar.

Desde que España despenali...

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El último boletín epidemiológico de la Consejería de Sanidad y Consumo aporta datos para la reflexión: de los 15.332 abortos practicados a lo largo de 2003 en los hospitales y clínicas autorizadas de la Comunidad de Madrid, una cuarta parte de ellos, esto es, 3.833, fue a jóvenes menores de 22 años. El mismo boletín revela otro dato sobrecogedor: 36 de las pacientes que voluntariamente interrumpieron sus embarazos sólo tenían entre 10 y 14 años. Además, el 63,4% de todas estas mujeres hacía al menos dos años que no acudía a un centro de planificación familiar.

Desde que España despenalizara parcialmente el aborto en 1985 (y siempre dentro de los tres supuestos contemplados por la ley -violación, peligro para la vida o la salud física o psíquica de la embarazada y presunción de graves taras físicas o psíquicas en el feto), el número de mujeres que deciden someterse voluntariamente a una interrupción del embarazo crece año a año. Dentro de estos supuestos, y sólo en el ámbito de la Comunidad de Madrid, se han practicado desde entonces 52.457 intervenciones.

En 2003 se practicaron 15.332 abortos. Un 25% de ellos a mujeres menores de 22 años. En 36 casos se trataba de jóvenes que no habían cumplido aún los 15 años. Menos del 40% de todas estas mujeres había acudido a un centro de planificación familiar o de control de métodos anticonceptivos en los dos años previos a la intervención. La situación se agrava aún más entre las más jóvenes: el 95,6% de las niñas de entre 10 y 14 que abortaron en 2003 en la Comunidad y el 78,1% de las de entre 15 y 19 años tampoco habían solicitado nunca ningún tipo de asistencia sexual. En la Comunidad, la interrupción del embarazo se practica en dos hospitales públicos y en seis clínicas privadas autorizadas por la Consejería de Sanidad. El precio estipulado de estas intervenciones va desde los 330 euros -con menos de 11 semanas de gestación y anestesia local- hasta 850 euros si la interrupción se produce cuando el estado de gestación es más avanzado -entre 12 y 15 semanas- y con anestesia total.

¿Qué falla?

En Madrid, el Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad, situado en la calle de San Vicente Ferrer desde 1991, se reparte la tarea de educar y asesorar en sexualidad y anticoncepción a los jóvenes madrileños. Dispone de 100 centros que los ayuntamientos y la Comunidad tienen distribuidos por la región. Pero no todos proporcionan la píldora poscoital, más conocida como la pastilla del día después. Esta píldora es, con un 85% de eficacia, el único método anticonceptivo de emergencia, que puede ser usado cuando falla la protección habitual o después de un coito desprotegido. La pastilla es efectiva tomada dentro de las 72 horas siguientes a la práctica de riesgo y su precio en farmacia es de 19 euros.

A pesar de que existen medios, muchos jóvenes parecen estar quedando fuera de estos programas preventivos. Según la psicóloga de Centro Joven, Paloma Rivero, las razones son "sociológicas, psicológicas y educativas": padres que no escuchan a sus hijos, mensajes publicitarios que muestran un modelo "de riesgo" que por su edad los jóvenes no están preparados para asumir, o la inseguridad propia de estas edades. "Para muchos de ellos", dice Rivero, "es más fácil adquirir alcohol o tabaco que un preservativo en la farmacia".

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El Centro Juvenil cobra seis euros la consulta, y cierra su asesoría sexual los viernes. Esto provoca que durante el fin de semana el acceso de los jóvenes a la píldora poscoital quede en manos de médicos de hospitales y centros de salud general. Pero si la relación sexual tuvo lugar el viernes por la noche, el fin de semana se convierte en una cuenta atrás de 71 horas hasta el lunes. Las mujeres emigrantes de la Comunidad de Madrid, cuyo 11,7% están en edad fértil, han hecho aumentar la tasa de natalidad en los últimos años. Pero también la de abortos. Casi la mitad de las interrupciones voluntarias de embarazo del año pasado (en concreto, un 47,5%, según datos de la Consejería) fueron practicadas a este colectivo.

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