OPINIÓN DEL LECTOR

Sin chándals

Soy una madre indignada. Me dirijo a su periódico para denunciar la situación en la que se encuentra el deporte de base, en concreto el baloncesto femenino, en esta Comunidad, sin la vaga esperanza de que esta situación se resuelva, pero al menos para que empiece a conocerse públicamente.

El día 12 de este mes hemos regresado de Cangas de Narcea (Asturias) del XI campeonato infantil (masculino y femenino) de selecciones por comunidades, donde nuestras chicas han quedado subcampeonas y nuestras delegaciones han llamado poderosamente la atención. Ya el día de la inauguración pudimos compr...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Soy una madre indignada. Me dirijo a su periódico para denunciar la situación en la que se encuentra el deporte de base, en concreto el baloncesto femenino, en esta Comunidad, sin la vaga esperanza de que esta situación se resuelva, pero al menos para que empiece a conocerse públicamente.

El día 12 de este mes hemos regresado de Cangas de Narcea (Asturias) del XI campeonato infantil (masculino y femenino) de selecciones por comunidades, donde nuestras chicas han quedado subcampeonas y nuestras delegaciones han llamado poderosamente la atención. Ya el día de la inauguración pudimos comprobar que los únicos chicos y chicas que no vestían todos con el mismo chándal eran los valencianos, situación que se recalcó mucho más el día de la entrega de premios pues además de las medallas y copas, tuvieron que pasar a recoger los trofeos individuales del mejor portero y la mejor jugadora de esta competición hoy por hoy la más importante en esta categoría.

Pero si esta situación es penosa (estamos hablando de que la Comunidad Valenciana no puede pagar 28 chándals, que después de la competición se devuelven) es mucho más alarmante e indignante la ausencia de absoluta de médico, fisio..., en la delegación. Afortunadamente el resto de las delegaciones sí llevaban y así mi hija fue atendida por el fisio catalán, otra niña por el médico de Madrid que había ido para ver jugar a su hijo, dos más fueron atendidas por el equipo de Euskadi.

Ya sé que pedir responsabilidades en este país es de ingenuos, pero no saben cómo hierve la sangre viendo cómo las chiquillas se dejan la piel en la pista, mientras la delegación de los chicos les grita desde las gradas ¡Valenciaaaanas! Y a tí te viene a la mente la Copa del América, los festejos, las comidas... 28 chándals y un médico. ¿Tendremos que ir a pedirlos al Gobierno central?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En