Columna

Retrógrados

Una quiere creer que la juventud es, por definición, una etapa de la vida menos convencional, más capaz de inventar futuros nuevos y de implicarse con el sufrimiento de los demás. Y así, de las Juventudes Socialistas del PSOE espero verdaderamente lo mejor. Pero resulta que el secretario general de las JJ SS, Erick Campos, acaba de regresar de un viaje a Cuba. Un lastimoso viaje totalmente oficialista en el que ha sido recibido, besuqueado y paseado por los mandamases del régimen, con el denso y pestiñoso programa habitual de estos periplos en los países totalitarios, a saber, visitas a centro...

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Una quiere creer que la juventud es, por definición, una etapa de la vida menos convencional, más capaz de inventar futuros nuevos y de implicarse con el sufrimiento de los demás. Y así, de las Juventudes Socialistas del PSOE espero verdaderamente lo mejor. Pero resulta que el secretario general de las JJ SS, Erick Campos, acaba de regresar de un viaje a Cuba. Un lastimoso viaje totalmente oficialista en el que ha sido recibido, besuqueado y paseado por los mandamases del régimen, con el denso y pestiñoso programa habitual de estos periplos en los países totalitarios, a saber, visitas a centros sanitarios y escuelas de trabajadores sociales, ofrendas florales a héroes patrios y demás zarandajas propagandísticas. Eso sí, durante toda su estancia a Erick Campos no se le ocurrió hablar con ningún disidente. No se preocupó por las decenas de personas que, por el solo hecho de pensar distinto, están encarceladas en condiciones infrahumanas, ni le interesó conocer la opinión de los miles de individuos que, con grave riesgo de su integridad, intentan arañar una brizna de libertad bajo el yugo castrista, como los miembros de la red de Bibliotecas Independientes. Que el secretario general de las JJ SS, que se supone que es el futuro del PSOE, vaya a intercambiar lindezas con los sicarios de una dictadura sin preocuparse de las víctimas es algo que atenta contra la coherencia política (la libertad es una de las banderas socialistas), contra el raciocinio más elemental y contra la ética.

Sé que dentro del PSOE hay muchas personas que reconocen que el castrismo es inadmisible. Y quiero creer que los retrógrados partidarios de Fidel son minoría (aunque Campos es miembro de la Ejecutiva del partido). Pero la oposición cubana teme que el PSOE ablande su trato con el dictador. De hecho, la UE ha empezado a debatir cómo reducir las sanciones diplomáticas contra Cuba a raíz de las recientes excarcelaciones (han salido tan sólo 11 personas de 75, y porque tenían la salud quebrantada por el maltrato en prisión), y parece que los socialistas se muestran a favor del acercamiento. Si les dejamos solos a los disidentes ¿qué será de ellos? Si ése es el futuro del socialismo, es un túnel del tiempo que nos regresa al abuso, a la injusticia y al dogmatismo.

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