Reportaje:

Memoria proporcional

Niños de Almería realizan maquetas para conocer el patrimonio histórico cultural

Que los jóvenes y los más pequeños aprendan cómo se construían las casas de sus abuelos y qué materiales se utilizaban es el objetivo del taller de Recuperación del Patrimonio Histórico y Cultural de la Diputación de Almería, que comenzó en abril y que ha pasado por localidades como Íllar, Dalías, Gádor e Instinción. El pasado fin de semana se desarrolló en Almócita.

Quince niños de edades comprendidas entre los siete y los 15 años han aprendido los conceptos básicos de las construcciones populares de la comarca almeriense del Bajo Andarax y lo han hecho gracias al trabajo de la asociac...

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Que los jóvenes y los más pequeños aprendan cómo se construían las casas de sus abuelos y qué materiales se utilizaban es el objetivo del taller de Recuperación del Patrimonio Histórico y Cultural de la Diputación de Almería, que comenzó en abril y que ha pasado por localidades como Íllar, Dalías, Gádor e Instinción. El pasado fin de semana se desarrolló en Almócita.

Quince niños de edades comprendidas entre los siete y los 15 años han aprendido los conceptos básicos de las construcciones populares de la comarca almeriense del Bajo Andarax y lo han hecho gracias al trabajo de la asociación El Botijo Educación Ambiental, un colectivo que considera el patrimonio histórico como un valor ambiental.

El taller de maquetas de tradiciones populares se inicia enseñando a los niños los conceptos básicos. Un montaje audiovisual les introduce en los materiales que se utilizaban en las casas y cortijos de sus pueblos. Caña, arcilla, barro, arena son elementos fáciles de conseguir todavía y están presentes en las casas de sus abuelos. Aprenden con imágenes y a reconocer esos materiales en su entorno y pasan después a conocer cómo se hacía la mampostería, un enlucido o como se encalaba.

Como no pueden utilizar los mismos materiales, los materiales originales se sustituyen por otros que son inocuos y pueden utilizar los más pequeños, tales como la plastilina, piedras volcánicas, palillos y un nuevo elemento para simular el enlucido de las casas, el vandal, que hace las veces del yeso o la cal.

Con todos esos materiales y guiados por fotografías y un modelo ya terminado, los pequeños levantan una maqueta sobre un plano.

Los niños inician su tarea levantando los muros exteriores de la vivienda con plastilina y capas de piedra y, cuando han alcanzado la altura deseada, comienzan a poner el tejado, sustituyendo la caña por palillos de madera. Una vez logrado esto y colocada la chimenea, se ponen manos a la obra para dejar sus construcciones como si estuvieran recién encaladas y utilizan los pinceles para enlucirlas de un reluciente blanco.

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Esther tiene 9 años y afirma que se divierte y que, además, aprende jugando a hacer una casita.

El presidente de la Asociación El Botijo, José Manuel Fuentes, es biólogo y ha sido monitor de este taller de maquetas junto con Alicia Carabia, que es licenciada en Ciencias Ambientales. Ambos se muestran satisfechos con los resultados. También organizan talleres sobre juegos populares.

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