Encuentro cubano

Fundada por Jesús Díaz, esta revista intenta constituirse en un exponente de la cultura y de la reflexión política cubanas en la que la fisura del exilio se reduzca a las mínimas dimensiones posibles. Siempre ha buscado integrar a colaboradores del interior de la isla y evitar el extremismo a que se presta una situación de crisis como la creada por el castrismo. La idea es que la democracia en Cuba no podrá alcanzarse si no se plantea un diálogo entre quienes desde fuera aspiran a una libertad sin tutelas y quienes desde el régimen serán sensibles a la necesidad de cambiar, una vez desaparecid...

Fundada por Jesús Díaz, esta revista intenta constituirse en un exponente de la cultura y de la reflexión política cubanas en la que la fisura del exilio se reduzca a las mínimas dimensiones posibles. Siempre ha buscado integrar a colaboradores del interior de la isla y evitar el extremismo a que se presta una situación de crisis como la creada por el castrismo. La idea es que la democracia en Cuba no podrá alcanzarse si no se plantea un diálogo entre quienes desde fuera aspiran a una libertad sin tutelas y quienes desde el régimen serán sensibles a la necesidad de cambiar, una vez desaparecido el líder eterno. La reflexión sobre los antecedentes y las posibilidades de ese cambio constituyen este número que recoger las ponencias de una reunión celebrada en Berlín por una serie de politólogos occidentales, con Claus Offe a la cabeza, y componentes del grupo de Encuentro. De este segundo grupo destacan las notas sobre la historia del partido comunista cubano, del recién desaparecido Joaquín Ordoqui, y la de Rafael Rojas en torno a las raíces de la divergencia hoy apreciable entre la voluntad de consenso y el gradualismo de la oposición interior, y el voluntarismo de un exilio partidario de una "transición rápida". La oscilación pendular entre la Cuba de dentro y la exterior es el tema que Cecilia Bobes encara a partir de un análisis de los mecanismos mediante los cuales el orden constitucional castrista expulsa los contenidos de libertad política, eje de la ciudadanía. El denominador común lo plantea Bert Hoffmann: "Una posición progresista sobre Cuba se basará en el rechazo continuo de las ambiciones hegemónicas estadounidenses y en la defensa de una política que separe la cuestión política de la nacional, abriendo así la posibilidad de un proceso de reforma desde dentro y con dignidad". Así sea.