Columna

El misterio Peralta

Y ese Peralta, ¿sabe usted a qué se dedica? El misterio que rodea la actividad de algunos miembros del Gobierno valenciano es notable y no resulta fácil desvelarlo, por más empeño que uno ponga en ello. Sabemos que esas personas forman parte del Gobierno porque lo hemos leído en los diarios o lo hemos visto en la televisión o escuchado en la radio. También hemos visto en los diarios publicada su fotografía, donde suelen aparecer siempre con el gesto severo, como si les ocupara algún asunto de enorme gravedad. En cambio, si tuviéramos que explicar en qué consiste exactamente su trabajo no sabrí...

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Y ese Peralta, ¿sabe usted a qué se dedica? El misterio que rodea la actividad de algunos miembros del Gobierno valenciano es notable y no resulta fácil desvelarlo, por más empeño que uno ponga en ello. Sabemos que esas personas forman parte del Gobierno porque lo hemos leído en los diarios o lo hemos visto en la televisión o escuchado en la radio. También hemos visto en los diarios publicada su fotografía, donde suelen aparecer siempre con el gesto severo, como si les ocupara algún asunto de enorme gravedad. En cambio, si tuviéramos que explicar en qué consiste exactamente su trabajo no sabríamos cómo hacerlo y responderíamos con cuatro vaguedades para salir del paso.

¿Qué hace Mengano? ¿De qué se ocupa Zutano? Conocemos, es cierto, los destinos oficiales de esas personas, el cometido para el que un día fueron llamados al Gobierno y por el que, suponemos, cobran un sueldo mensual. Pero en cuanto intentamos seguir su trabajo con alguna atención, quedamos desorientados de inmediato, sin saber a qué atenernos. Resulta que los asuntos en los que deberían emplearse estos gobernantes marchan en una dirección distinta, cuando no totalmente contraria, a la que les correspondería. Lo asombroso es que una situación que a nosotros, simples ciudadanos, nos resulta inquietante, a ellos no parece importarles lo más mínimo.

Algunas de estas cuestiones son las que se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en el consejero Peralta. Sabemos que Peralta, que con anterioridad fue alcalde de Alcoi, ocupa, desde hace un tiempo, la Consejería de Industria en el Gobierno de la Comunidad. Todo el mundo convendrá que la industria es una actividad fundamental para nuestra economía, a la que se debería prestar una atención preferente. En esto, no creo que quepa discusión alguna. Sin embargo, si juzgásemos la actuación de Miguel Peralta como consejero, pensaríamos que ha accedido al puesto debido a la escasa importancia que la industria tiene en la Comunidad.

Invito al lector a que trate de recordar un proyecto, una iniciativa, una ley relevante propuesta por Miguel Peralta durante el tiempo que desempeña la Consejería de Industria. De un político que está en el gobierno, esperamos que tenga una política. Buena, mala, regular, pero una política. Lo que resulta inimaginable es un político sin política. Cuando hemos requerido a los especialistas su opinión sobre la política industrial que se sigue en la Comunidad Valenciana, no nos han podido responder. No han podido hacerlo porque la política industrial en la Comunidad Valenciana es inexistente y, como nos han dicho, no se puede opinar sobre lo que no existe.

En cambio, donde sí ha tenido Peralta una actuación destacada es en la crisis industrial que, desde hace un tiempo, padece la Comunidad. Claro que todo el papel del consejero en este asunto se ha limitado a negar que la industria de la Comunidad sufra crisis alguna. Naturalmente, si la crisis no existe, no hay ninguna necesidad de ocuparse de ella, lo que constituiría una pérdida de tiempo y de esfuerzos. Por lo tanto, no ha sido necesario tomar ninguna clase de medidas, elaborar estrategias ante la situación, ni hacer nada de lo habitual en estos casos. Que, mientras Peralta actuaba de esta manera, cerraran dos o tres fábricas cada semana, no lo ha considerado relevante el consejero. ¿No les resulta extraño todo esto?

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