La figura del mediador de conflictos empieza a extenderse a los ámbitos familiar y educativo

"He ido al mediador y me ha ido muy bien: te lo recomiendo". Esta frase ha dejado de ser una rareza entre personas que están en proceso de separación o divorcio. Ayer, en el marco del Fórum y en el diálogo Conflictos en la vida cotidiana, se debatió el papel de los mediadores familiares en la fase de ruptura para llegar a un acuerdo consensuado entre los implicados.

Según Jordi Pérez, psicólogo y mediador familiar la iniciativa tiene muchas ventajas: además de reducir los efectos de la separación en los menores, "los protagonistas de la separación salen más satisfechos, la relación pued...

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"He ido al mediador y me ha ido muy bien: te lo recomiendo". Esta frase ha dejado de ser una rareza entre personas que están en proceso de separación o divorcio. Ayer, en el marco del Fórum y en el diálogo Conflictos en la vida cotidiana, se debatió el papel de los mediadores familiares en la fase de ruptura para llegar a un acuerdo consensuado entre los implicados.

Según Jordi Pérez, psicólogo y mediador familiar la iniciativa tiene muchas ventajas: además de reducir los efectos de la separación en los menores, "los protagonistas de la separación salen más satisfechos, la relación puede seguir a través de los años, y además, sale más económico que un largo proceso de litigios y visitas continuas al juez".

En los últimos años, varias comunidades autónomas como Cataluña, Valencia, Canarias o Galicia han desarrollado leyes sobre mediación familiar, y cada vez más jueces derivan los procesos de separación hacia la mediación. "Hay que entender que los problemas en una separación no se reducen al ámbito judicial, sino que pueden resolverse en el campo de lo personal y lo social", afirma Lia Mastropaolo, una especialista en la cuestión. En este sentido, los procesos de mediación familiar suponen que la justicia les dice a los implicados que no son incapaces ni inútiles, sino que tiene recursos propios para resolver civilizadamente su conflicto", subraya Ignacio Bolaño, mediador.

Las técnicas de resolución de conflictos se aplican cada vez más en la educación. En Cataluña, por ejemplo, más de un centenar de institutos de secundaria van a instaurar esta iniciativa para el curso que viene, "lo que supone el doble que el año pasado, cuando sólo lo hacían 50", explicó ayer Pere Led, miembro del departamento y experto en mediación. Para Led, la posibilidad de que los alumnos puedan dirimir los conflictos entre ellos que se dan en los colegios, suponen una extraordinario proceso de aprendizaje.

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