"En el Alarde se precisan políticos carismáticos"
La antropóloga social Margaret Bullen (Ipswich, Gran Bretaña, 1964) ha escrito junto al sociólogo José Antonio Egido Tristes espectáculos: las mujeres y los Alardes de Irún y Hondarribia, un libro editado por la UPV en el que analizan una polémica que estalló en 1996, cuando un grupo de féminas empezó a reivindicar su derecho a participar en la fiesta como escopeteras, papel limitado hasta entonces a los hombres. Ahora se celebran dos desfiles, el llamado tradicional, mayoritario, y el mixto, minoritario.
Pregunta. ¿Por qué una petición de igualdad provoca un rechazo visce...
La antropóloga social Margaret Bullen (Ipswich, Gran Bretaña, 1964) ha escrito junto al sociólogo José Antonio Egido Tristes espectáculos: las mujeres y los Alardes de Irún y Hondarribia, un libro editado por la UPV en el que analizan una polémica que estalló en 1996, cuando un grupo de féminas empezó a reivindicar su derecho a participar en la fiesta como escopeteras, papel limitado hasta entonces a los hombres. Ahora se celebran dos desfiles, el llamado tradicional, mayoritario, y el mixto, minoritario.
Pregunta. ¿Por qué una petición de igualdad provoca un rechazo visceral en gran parte de Irún y Hondarribia?
Respuesta. Es una polémica en la que subyacen los estereotipos de lo que es ser hombre o mujer en Euskadi, y la sociedad occidental en general, y el poder que tienen esos modelos. Y en base a ellos se crea un discurso dirigido a mantener ese statu quo y que intenta denigrar a quienes están a favor de la incorporación de la mujer tachándolos de lesbianas y homosexuales o asociando su reivindicación a políticas izquierdistas muy radicales, a fin de restar valor a su petición.
P. Un discurso que no se ajusta a la realidad.
R. Es un discurso difamatorio. Realmente, las personas que quieren participar en el Alarde mixto forman un grupo muy heterogéneo. Y los otros también.
P. ¿Cómo explica que una gran parte de las mujeres esté en contra del desfile mixto?
R. Está dentro de ese orden establecido. Otro tema interesante es el supuesto matriarcado vasco, esa sensación ilusoria de tener el poder. Las mujeres consideran que son poderosas en sus casas y no necesitan a nadie que les diga qué tienen que hacer. Los hombres utilizan esa postura y dicen: si las mujeres quisieran desfilar como escopeteras les dejaríamos, pero no quieren.
P. Apelan a la tradición y la cultura.
R. Eso son dinámicas que los actores sociales creamos y transformamos constantemente. Nada es fijo.
P. ¿Tiene solución este conflicto?
R. Sí, pero a largo plazo. Cuando nuestros hijos crezcan viendo que hombres y mujeres desfilan sin ningún problema y lo vivan como algo normal, dejará de haber tanto conflicto. Me gustaría pensar que tiene que pasar por el diálogo y la negociación, pero en estos momentos no parece fácil. Es precisa también la implicación de los políticos locales, de personas carismáticas que podrían cambiar la opinión y arrastrar a la gente con ellas. Pero no los hay.
P. ¿Ahí entran en juego los intereses electorales?
R. Hay partidos que fuera de Irún y Hondarribia se han posicionado a favor de las mujeres, pero dentro quieren agradar a la mayoría de sus votantes.
P. ¿Qué opina de la privatización del Alarde denominado tradicional?
R. Me parece triste que una fiesta pública se convierta en privada.