Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

Japón sigue cotizando al alza

El PIB nipón se expandió un 1,4% en este primer trimestre

Japón sale del túnel con el mayor crecimiento trimestral de sus últimos siete años. La explicación es el esperado repunte del consumo interno que se suma al dinamismo de las exportaciones hacia EE UU y China. Sin embargo, los pocos esfuerzos que se han hecho para controlar la deuda pública y la inflación impiden que los analistas den crédito a la recuperación.

La economía japonesa sigue sorprendiendo. Este primer trimestre el Ministerio de Economía ha anunciado un crecimiento de 1,4% en su PIB, una cifra mucho mayor de la esperada por los analistas -que apostaron por un 1%- y la mayor e...

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Japón sale del túnel con el mayor crecimiento trimestral de sus últimos siete años. La explicación es el esperado repunte del consumo interno que se suma al dinamismo de las exportaciones hacia EE UU y China. Sin embargo, los pocos esfuerzos que se han hecho para controlar la deuda pública y la inflación impiden que los analistas den crédito a la recuperación.

La economía japonesa sigue sorprendiendo. Este primer trimestre el Ministerio de Economía ha anunciado un crecimiento de 1,4% en su PIB, una cifra mucho mayor de la esperada por los analistas -que apostaron por un 1%- y la mayor en los últimos siete años en este periodo.

La tasa interanual de deflación japonesa se situó en el 2,6% entre enero y marzo, una décima menos que en el trimestre anterior
La razón del crecimiento es el repunte del consumo. El gasto privado trimestral se incrementó un 1% y las ventas subieron un 2,8% en abril

Esta cifra se traduce en un alza de su producto interior bruto (PIB) interanual en 5,6%,cerrando el año financiero -que concluye en marzo- en un 3,2% de crecimiento, un dato muy por encima del 2% fijado por el Gobierno nipón como objetivo.

La razón de este crecimiento, que se empieza a hacer sostenido luego de una década en que colapsó el sistema financiero, se encuentra en el repunte del consumo. Por un lado el gasto privado creció un 1% en el trimestre y el promedio de las ventas mayoristas y minoristas subieron un 2,8% en abril.

Las bondades del consumo

El consumo interno aportó más de una tercera parte de esta expansión trimestral. Pese a que los ingresos no registran aumentos significativos, el descenso del desempleo repercute en el gasto doméstico y beneficia a empresas orientadas a la demanda.

Esto se suma al tirón de las exportaciones, de la mano del crecimiento de sus principales socios comerciales: EE UU y China, ambos con crecimientos superiores al 4%. Las exportaciones niponas a China han aumentado un 33% en los últimos dos años representando cerca del 0,9% del PIB japonés.

No obstante, estos datos no terminan de convencer a los analistas internacionales. La agencia calificadora de riesgo Fitch ha dicho que la perspectiva de la calificación de Japón permanecerá negativa por un tiempo, ya que el fuerte crecimiento por sí sólo no es suficiente para estabilizar sus finanzas públicas.

Esto, por el alto nivel de endeudamiento público del país y en el supuesto deterioro de las finanzas en medio de presiones deflacionarias. Japón es el país industrializado con la mayor carga de deuda pública, ubicada en el 140% del PIB, una cifra que supera en más de seis veces el producto interior español. Esta deuda se sigue abultando debido a una década de fuertes gastos del Gobierno y de caídas en la recaudación impositiva. El déficit presupuestario cerró en el 8% del PIB durante 2003 y los ajustes fiscales están lejos de realizarse.

Deflación sin solución

Por otra parte, el Gobierno japonés sigue perdiendo la batalla frente a la deflación, que dura ya cinco años y es la principal causa de muchos de los problemas económicos del país en los últimos tiempos. La tasa interanual de deflación se situó en el 2,6% entre enero y marzo, una décima menos que en el trimestre anterior.

Para combatir este mal que se ha convertido en endémico, el Banco de Japón ha ratificado la semana pasada su política de elevada liquidez y bajas tasas de interés en el sistema financiero, en una estrategia que apunta a blindarse ante cualquier riesgo de inestabilidad que comprometa el crecimiento económico.

El sistema bancario japonés es otro de los dolores de cabeza del Gobierno. Todavía golpeada por la crisis de los impagos de fines de los años noventa, la banca nipona mantiene pendiente su reestructuración. Los préstamos de dudoso cobro ascienden a 400.000 millones de dólares, el 6% de los préstamos totales.

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