Reportaje:LOS NUEVOS EUROPEOS

Centroeuropa seduce en español

Desde el año 1990 acá la literatura de los países centroeuropeos, que antes quedaban al otro lado del telón de acero, ha sido diligentemente vertida al español. En el caso de la literatura checa, nos quedaremos sin conocer la obra delirante del padre Jakub Deml, uno de los fundadores de la prosa en esa lengua, el autor de la autobiográfica, discursiva e hilarante Luz olvidada, o la del vanguardista Ladislav Klima (nada que ver con el posterior y aquí sobradamente conocido disidente Ivan Klima, el autor, entre otras novelas, de Amor y basura, donde recrea sus angustias y experienc...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Desde el año 1990 acá la literatura de los países centroeuropeos, que antes quedaban al otro lado del telón de acero, ha sido diligentemente vertida al español. En el caso de la literatura checa, nos quedaremos sin conocer la obra delirante del padre Jakub Deml, uno de los fundadores de la prosa en esa lengua, el autor de la autobiográfica, discursiva e hilarante Luz olvidada, o la del vanguardista Ladislav Klima (nada que ver con el posterior y aquí sobradamente conocido disidente Ivan Klima, el autor, entre otras novelas, de Amor y basura, donde recrea sus angustias y experiencias laborales y amorosas como basurero en Praga).

Quizá Deml y Klima quedan demasiado remotos a los intereses y preocupaciones del lector español de hoy, aunque no tan remotos para los lectores franceses e ingleses... Pero el Premio Nobel de Literatura a Jaroslav Seifert en 1984 abrió camino a la lírica checa, y los poemas de Holan, Nezval, Holan están a nuestra disposición de mano de las traducciones de Clara Janés. Luego el éxito internacional de Kundera, la popularidad de la revolución de terciopelo, y la metamorfosis de Praga de ciudad brumosa a destino turístico privilegiado fueron otras tantas cajas de resonancia para la prosa checa, especialmente para la de los disidentes del grupo de Havel; la del propio ex presidente y, por ejemplo, la de Pavel Kohout (El tiempo estelar de los asesinos, Alianza), del que Ultramar ya había publicado en 1981 su sátira La Verduga.

Falta por traducir a Magda Szabo considerada en Hungría como un clásico vivo, y muy premiada en Francia y Estados Unidos
Más información

Los disidentes húngaros del co-

munismo están llegando a las editoriales españolas al mismo tiempo que sus abuelos, los escritores de entreguerras, aquellos estilistas secos y certeros, como el popular Sándor Márai (Diario de un burgués, El último encuentro o La herencia de Eszter, todos en Salamandra) y el clásico Dezso Kosztolany, que "todo lo que escribía era invariablemente perfecto", según Márai, y que nos va descubriendo (Anna la dulce, Alondra) Ediciones B.

No han llegado todavía las novelas de Magda Szabo (1917), narradora de la vida en la puszla después de la Segunda Guerra Mundial, y considerada en su país el clásico vivo, pero es previsible que el creciente reconocimiento internacional y los premios en Francia y Estados Unidos acaben teniendo traducción también al español. Los libros sobrecogedores del Nobel Imre Kertész sobre su experiencia del Holocausto vienen siendo publicados por Acantilado y por Alfaguara. Las generaciones crecidas en la descomposición del pacto de Varsovia vienen muy bien representadas por Péter Esterházy, que en Armonía celestial recrea y fabula la historia de su familia, una de las más antiguas e influyentes de Europa, en imparable declive (Galaxia Gutemberg), por Péter Nádas (Libro del recuerdo, Seix Barral) y por Laszó Krasznahoskai (Melancolía de la resistencia, Acantilado).

Archivado En