Reportaje:

La cocina de Benítez

Ante la final de la Copa de la UEFA, el técnico del Valencia presenta a sus ayudantes: Antonio López, "la improvisación"; Pako Aiestaran, "la capacidad", y Otxotorena, "la serenidad"

Rafa Benítez no está solo al frente del Valencia, sino rodeado de un equipo de colaboradores tan exigente como él. Los cuatro preparan a toda máquina la final de la Copa de la UEFA, mañana, en Gotemburgo, ante el Marsella. La presión sería casi insoportable para él de no contar con ayudantes que le descarguen. Y le alimenten. El segundo entrenador, Antonio López, le aporta improvisación; el preparador físico, Pako Aiestaran, datos sobre el estado de los jugadores; y el preparador de los porteros, José Manuel Otxotorena, la particular perspectiva del guardameta.

Si Benítez es hoy mejor t...

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Rafa Benítez no está solo al frente del Valencia, sino rodeado de un equipo de colaboradores tan exigente como él. Los cuatro preparan a toda máquina la final de la Copa de la UEFA, mañana, en Gotemburgo, ante el Marsella. La presión sería casi insoportable para él de no contar con ayudantes que le descarguen. Y le alimenten. El segundo entrenador, Antonio López, le aporta improvisación; el preparador físico, Pako Aiestaran, datos sobre el estado de los jugadores; y el preparador de los porteros, José Manuel Otxotorena, la particular perspectiva del guardameta.

Si Benítez es hoy mejor técnico que hace tres años es, en parte, gracias a estos especialistas. Y así los define:

"López es un primer entrenador, con experiencia en tomar decisiones y una visión táctica. Tiene una relación de confianza y empatía con los jugadores que yo no puedo tener. Hizo conmigo el curso de entrenadores. Nos enfrentamos cuando yo dirigía al Madrid sub 19 y él al Atlético y me di cuenta de que era un tío capacitado. Este año nos han salido mejor las jugadas de estrategia, en las que Antonio ha tenido más responsabilidad".

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"Aiestaran lleva conmigo ya ocho años. Sus equipos siempre tienen un buen tono, sobre todo al final de campeonato. Y, como también es entrenador, aporta cosas tácticas. Es muy dinámico y exigente. Lleva el control del entrenamiento. Antes, nos sentamos y le digo cuál es la idea de trabajo según los vídeos del rival. Entonces diseñamos la semana: la carga de los ejercicios y su objetivo. Si el adversario juega en largo, en corto... Ante el Marsella sabemos que debemos asumir la responsabilidad de manejar el partido. Hemos trabajado tantas variantes que no será complicado: sólo cambiarán los detalles".

"Otxotorena aporta tranquilidad y sentido común. Tiene esa visión de los porteros que no tenemos los entrenadores. Él fue un gran guardameta y, además, está actualizado".

"En una palabra", resume Benítez, "Aiestaran sería la capacidad; López, la improvisación, y Otxotorena, la serenidad; yo soy bastante frío y analítico".

- Antonio López, de 46 años, fue centrocampista del Sevilla, el Burgos y el Atlético, en el que se retiró por una grave lesión de rodilla. Entrenó al Atlético sub 19 y al filial rojiblanco. Fue segundo de Xabier Azkargorta en la selección de Bolivia, preparó al Bolívar de La Paz, a la misma selección de Bolivia, al Lleida, al Sporting y ahora al Valencia. "Acepté la llamada de Benítez, cuando vino al Valencia, porque llevaba casi un año sin entrenar", dice; "teníamos muchas inquietudes. Había feeling en el juego en zona y en la presión. Se puso de moda el Milan de Arrigo Sacchi y eso fue materia de reflexión. El 90% de los goles en la alta competición se hacen en tres toques. Cuando un equipo da 15 toques, tiene que ser muy bueno para meter gol. Benítez ha madurado. Es un entrenador hecho y derecho. Era más quisquilloso en un montón de cosas que no tenían tanta importancia para preocuparse por ellas. El Valencia le ha servido de mucho. Yo le he aportado mi experiencia, la evaluación de los jugadores. No me he guardado nada. Manejar el concepto que él tenía de entrenador: hacerlo un poco más flexible. ¿La estrategia? Somos el equipo que más goles ha marcado de estrategia y al que menos le han marcado. Hemos acertado en los tiempos, en cuándo hacer los movimientos de engaño, la agresividad en la finalización... También hemos simplificado. Teníamos demasiadas cosas y aturdíamos. ¿La mejor jugada? Un gol al Racing de Baraja, de tacón, tras una falta: los movimientos de Pellegrino y Ayala lo dejaron solo. Estas jugadas se eligen según las características del contrincante. Desde el banquillo hay menos perspectiva y por eso yo veo los partidos desde el palco. Y en el descanso le digo a Rafa lo que se puede corregir. El Marsella es defensivamente fuerte. Rafa ve unos vídeos, yo otros y, a partir de ahí, preparamos la charla de los jugadores. Drogba es muy rápido y potente, juega bien sin espacios y de espaldas a la portería. Pero nosotros sabemos elegir los tiempos: cuándo tener la pelota y cuándo no; es el secreto del fútbol. Tenemos un grupo con una madurez espectacular, muy competitivo".

- Otxotorena, de 43 años, fue portero del Madrid, el Valencia, el Tenerife, el Logroñés y el Racing. Empezó de preparador de porteros en el Logroñés y ahora está en el Valencia y en la selección. "Me siento recompensado", confiesa; "es un campo muy abierto en el que no había mucha divulgación y es una figura que ha aparecido recientemente. Es un trabajo analítico de especialización. Cañizares ha mejorado en casi todo este curso. Está más maduro en facetas técnicas y tácticas. En el uno contra uno, la lectura del juego y la anticipación de las jugadas. Técnicamente, está muy bien dotado. Es analítico, disecciona cada jugada. Sus acciones tienen una pureza elevada. Aparte del talento natural, ha sabido depurar la técnica de modo profundo. ¿Ante el Marsella? Trabajamos situaciones de uno contra uno porque Drogba es su mejor arma en el contragolpe. Siempre manejamos alguna situación que puede ser uno de los fuertes del rival. El portero es el que equilibra desde atrás el juego del equipo. Puede aportar matices que se pueden aprovechar".

De izquierda a derecha, Pako Aiestaran, Rafa Benítez, Antonio López y José Manuel Otxotorena.JOSÉ JORDÁN

Los acelerones de Aimar

Pako Aiestaran, de 41 años, es una base de datos al servicio de su entrenador. Un estudioso imparable del cuerpo humano. El preparador físico del Valencia jugó en el filial de la Real Sociedad y después en el equipo de su pueblo, el Beasain. Estudió Educación Física, se sacó el título de entrenador, preparó al Beasain en Preferente y al Tolosa en Tercera, hizo un másters en Alto Rendimiento, dirigió a Euskadi y, a la vez, preparó hasta 2003 a ciclistas profesionales: Patxi Vila, Egoi Martínez e Iker Flores. Más tarde, fue preparador físico de Osasuna y allí conoció a Benítez.

"Para un preparador físico es vital entender de fútbol", afirma Aiestaran; "para crear una metodología tienes que dar respuesta a las necesidades de ese juego. En este cuerpo técnico todos somos entrenadores, aunque cada cual está especializado en algo. Nuestra opinión será tenida en cuenta si somos capaces de convencer". ¿Qué es lo mejor de trabajar con Benítez? "Sentirse realizado. Por eso decidí irme a Extremadura, a 1.000 kilómetros de mi casa, pudiéndome quedar en Osasuna". ¿Y lo peor? "La presión por querer ser excesivamente perfeccionistas".

Con todo, Aiestaran no sacraliza su oficio de preparador físico: "Al final, el primer valor es para los futbolistas. La condición física no te asegura nada. Si no tienes una buena plantilla, por mucho que cuides los detalles... Un mal cocinero sí puede estropear los ingredientes. La madurez deportiva es ser capaz de conocerte y dar respuesta a tus debilidades. ¿Aimar? Esperamos encontrar antídoto a sus lesiones musculares. Sus cualidades son muy buenas: es quien más metros hace en sprint en un partido. Cuando un jugador, por muy bueno que sea, no está rindiendo, necesita un descanso para trabajar ciertos aspectos. Tan importante es el que hace 13 kilómetros y medio, como Sissoko, que es lo máximo que se puede correr, como el que recupera 30 balones, o el que tiene un 90% de acierto en el pase. Todo se controla con un sistema francés llamado Amisco, contratado por algunos clubes". ¿Alguno con poca base genética que rinda mucho? "Baraja hace más kilómetros por corazón de los que se podía prever. Te sorprende. Cuando sale a jugar, muere".

¿Y cómo llegan los jugadores del Valencia al final del curso? "Nunca consigues que todos lleguen al máximo en un determinado momento. Pero muchos han llegado muy bien, un 70%, y algunos han superado sus máximos valores: Rufete, Angulo, Garrido y Carboni. ¿El milagro Carboni? Genética, profesionalidad para mantener esa genética y suerte con las lesiones".

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