Editorial:

Arraigo laboral

La Ley de Extranjería de 2001 y sus sucesivas reformas, en las que el último Gobierno del PP quiso plasmar su política de máximo rigor frente a la inmigración irregular y su apuesta por la legal y ordenada, no ha impedido que haya ahora en España más inmigrantes sin papeles y en peores condiciones que nunca. No existen cifras oficiales, pero la bolsa de irregulares acumulada puede rondar el millón.

La situación resultante es que los sin papeles, ni son regularizados ni expulsados a sus países de origen, en parte porque se desconoce cuáles son. La secretaria de Estado de Inmigración, Con...

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La Ley de Extranjería de 2001 y sus sucesivas reformas, en las que el último Gobierno del PP quiso plasmar su política de máximo rigor frente a la inmigración irregular y su apuesta por la legal y ordenada, no ha impedido que haya ahora en España más inmigrantes sin papeles y en peores condiciones que nunca. No existen cifras oficiales, pero la bolsa de irregulares acumulada puede rondar el millón.

La situación resultante es que los sin papeles, ni son regularizados ni expulsados a sus países de origen, en parte porque se desconoce cuáles son. La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, ha señalado a este periódico que una de las vías en estudio para sacar a muchos de estos inmigrantes del círculo vicioso en que se encuentran es revisar y ampliar el concepto de arraigo y vincularlo al ámbito laboral. Se trata de un concepto de gran tradición en el derecho de asilo y humanitario que acaba de reivindicar el Consejo Económico y Social (CES) como uno de los "mecanismos individuales de regularización en deterninadas circunstancias". Muchos de los inmigrante sin papeles tienen una vinculación real al mercado laboral y, según el CES, su situacion justificaría una respuesta de la Administración caso por caso a los efectos de otorgales permisos de trabajo y de residencia temporal.

De acuerdo con los compromisos de Zapatero, habría que perfeccionar los actuales instrumentos legales: contratos en origen, contingente anual y convenios con los países de origen, que deberían ampliarse a la vista de que se han revelado insuficientes para satisfacer las demandas de mano de obra extranjera. Es reveladora, en este sentido, la sentencia que acaba de dictar el Supremo anulando un acuerdo del anterior Gobierno que convertía al contingente anual en la única vía para lograr el permiso de trabajo, dejando fuera a los inmigrantes irregulares que viven en España y tienen una oferta firme de trabajo en otros sectores. Esto explica por qué se ha disparado la cifra de inmigrantes sin papeles en los últimos cuatro años.

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