El PP "no se cierra" a la reforma del Senado que plantea el PSOE

Los nacionalistas se pronuncian por modificaciones consensuadas

La reforma del Senado es posible a juzgar por lo que ayer manifestaron los cinco portavoces de la Cámara alta en un coloquio celebrado en el Club Siglo XXI. El portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, sorprendió al asegurar que su grupo "no se cierra" a "una reforma de la Cámara alta que implique la modificación de la Constitución". Los grupos nacionalistas -PNV, CiU y Esquerra Republicana- se comprometieron, a su vez, a subordinar sus ambiciones políticas al consenso.

Los cinco portavoces del Senado protagonizaron un coloquio de guante blanco, preludio del que celebrarán el m...

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La reforma del Senado es posible a juzgar por lo que ayer manifestaron los cinco portavoces de la Cámara alta en un coloquio celebrado en el Club Siglo XXI. El portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, sorprendió al asegurar que su grupo "no se cierra" a "una reforma de la Cámara alta que implique la modificación de la Constitución". Los grupos nacionalistas -PNV, CiU y Esquerra Republicana- se comprometieron, a su vez, a subordinar sus ambiciones políticas al consenso.

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Los cinco portavoces del Senado protagonizaron un coloquio de guante blanco, preludio del que celebrarán el martes en la Cámara alta, en el que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentará su programa territorial. García Escudero puso como condición para que el PP participe en una reforma constitucional que transforme el Senado en una Cámara territorial -tal y como proponen el Gobierno socialista y los grupos nacionalistas- que "el consenso alcanzado sea, al menos, igual al que obtuvo la Constitución de 1978 y que, además, se respeten los principios de solidaridad e igualdad".

La posición de García Escudero suaviza la actitud mantenida por José María Aznar en la pasada legislatura, reacio a cualquier cambio constitucional para reformar el Senado, si bien ayer insistió el portavoz en que aún "hay mucho campo para avanzar" en la reforma del Reglamento sin modificar la Constitución. García Escudero abre así la posibilidad de que la reforma se materialice porque la participación de su partido es decisiva. Es la primera formación del Senado, a sólo cuatro escaños de la mayoría absoluta.

No obstante, también adelantó su escepticismo con respecto a que la reforma que pretende el Gobierno de Zapatero llegue a buen puerto. Lo argumentó con la experiencia frustrada del anterior intento en la primera legislatura del Gobierno del PP, de 1996 a 2000. Recordó cómo en 1998 murió la reforma al oponerse los presidentes de algunas comunidades a la propuesta de CiU de introducir hechos diferenciales, como el veto de los grupos parlamentarios de las comunidades sobre leyes autonómicas que afectasen a su territorio.

García Escudero definió la posición de su grupo como "expectante" tras aclarar que "la iniciativa de la reforma del Senado corresponde al Gobierno del PSOE". El portavoz socialista, Joan Lerma, precisó que el PSOE pretende cambiar el procedimiento de elección de los senadores, de modo que aumente el número de los elegidos por comunidades en detrimento de los elegidos por provincias; y hacer que la Cámara alta lo sea de primera lectura en las leyes que afecten a las autonomías. Para ello, recordó Lerma, hay que modificar el título III de la Constitución, que afecta a las relaciones entre el Congreso y el Senado.

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Los nacionalistas PNV, CiU y ERC también manifestaron su predisposición favorable a la reforma del Senado e incluso a sacrificar sus ambiciones políticas particulares en aras del consenso. "Es preferible una reforma insuficiente a otra contraproducente", dijo el peneuvista Joseba Zubia tras defender que el Senado exprese, tras su reforma, los hechos diferenciales de las comunidades autónomas.

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