Reportaje:

Severidad y jolgorio

Dansa València transcurre hacia los propósitos anunciados en un intenso fin de semana

Pasito a pasito, Dansa València va cumpliendo sus propósitos anunciados. El sábado fue la noche de la compañía Cesc Gelabert y Lydia Azzopardi, que sorprendieron en el Principal con una sesión (estrenada el verano pasado en el Teatre Lliure, en el marco del Grec 2003) compuesta de dos piezas muy diferentes. La severidad de Shostakóvich y su Cuarteto de cuerda número 8 en la coreografía 8421 sirvió para mostrar al Gelabert más abstraídamente intenso, cargado de nociones conceptuales que convierte en razones de mucho peso donde se insiste en la sensación de pérdida introspectiva an...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Pasito a pasito, Dansa València va cumpliendo sus propósitos anunciados. El sábado fue la noche de la compañía Cesc Gelabert y Lydia Azzopardi, que sorprendieron en el Principal con una sesión (estrenada el verano pasado en el Teatre Lliure, en el marco del Grec 2003) compuesta de dos piezas muy diferentes. La severidad de Shostakóvich y su Cuarteto de cuerda número 8 en la coreografía 8421 sirvió para mostrar al Gelabert más abstraídamente intenso, cargado de nociones conceptuales que convierte en razones de mucho peso donde se insiste en la sensación de pérdida introspectiva ante los tiempos difíciles. Muy distinta es Viene regando flores desde La Habana a Morón, segunda parte del programa, donde se muestra al Gelabert más alegre y de mestizaje, con la impagable colaboración de un cuarteto de músicos cubanos y sus rumbas, boleros, sones y mambos.

Un par de horas antes, en el teatro Talía, la compañía Taiat ofrecía su Amor fou, quinto proyecto de esta compañía valenciana, que rescata una expresión de André Breton, papá del surrealismo, para hacer una coreografía al modo de la composición del "cadáver exquisito", fórmula de creación que recurre a los mecanismos del automatismo psíquico para producir por acumulación segmentada un montaje que es tanto de todos como de nadie. Azar, hallazgo y pasión para cuatro intérpretes (Meritxell Barberá, Inma García, Pep Garrigues y Angel Figols) que bailan y en ocasiones usan textos de Mikel Labastida.

El domingo, también en el Talía, se presentó Blanca Arrieta y su 3600, que ella misma baila con Fernando Hurtado, y donde la música de Borja Ramos tiene su importancia. El montaje, dirigido por Blanca Arrieta y Borja Ramos, combina diversos procedimientos artísticos en un único entorno espaciotemporal que relaciona, según una estructura matemática, los cuerpos en movimiento, la luz y el sonido. También el domingo se estrenó, esta vez en el Rialto, el espectáculo compuesto por Sacra y Dícese, dos piezas de Patas Arriba, en producción del Centre Coreogràfic, donde Asun Noales y Gustavo Ramírez, en sus respectivas creaciones coreográficas, proponen una reflexión sobre imagen e identidad, de las que nos ocuparemos con más detenimiento.

Para hoy están previstas las actuaciones de Cobosmika Company (teatro Rialto) con Lost object, un trabajo sobre las relaciones afectivas con los objetos que nos acompañan en la vida, con Verónica Cendoya, Coral Ortega, Jesús Cobos, Volker Michl y Julio Vera en la interpretación, con música de Xavier Maristany, y de Sally Sinpiernas, donde Cel Ras, sobre textos de Mariví Martín, en una coproducción entre el Centre Coreogràfic y el Ayuntamiento de Valencia, habla de la fragilidad de unos personajes interpretados por Rocío Pérez y David Durán.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En