Reportaje:EL DIFÍCIL 'PUZZLE' DE EUROPA

Millones de agricultores que nadie quiere

El 19,6% de la población activa de Polonia trabaja en casi dos millones de granjas y contribuye con sólo un 2,5% al PIB del país. En la media de los 15 países de la UE la población activa en la agricultura es un 4% y su contribución al PIB un 1,6%. Polonia está considerada como un gran productor agrario. No obstante, gran parte de sus granjas no son competitivas y no podrán resistir el impacto del ingreso en la UE. Bruselas no puede subvencionar a los agricultores polacos como a los de los 15 países de la UE. Esto y las exigencias de la UE, que muchos agricultores polacos consideran lesivas y ...

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El 19,6% de la población activa de Polonia trabaja en casi dos millones de granjas y contribuye con sólo un 2,5% al PIB del país. En la media de los 15 países de la UE la población activa en la agricultura es un 4% y su contribución al PIB un 1,6%. Polonia está considerada como un gran productor agrario. No obstante, gran parte de sus granjas no son competitivas y no podrán resistir el impacto del ingreso en la UE. Bruselas no puede subvencionar a los agricultores polacos como a los de los 15 países de la UE. Esto y las exigencias de la UE, que muchos agricultores polacos consideran lesivas y discriminatorias, crea un terreno abonado para los populismos de toda laya.

Hace poco más de un año grupos de campesinos indignados desplegaban sus pancartas y recorrían las calles del centro de Varsovia. El lenguaje de las pancartas era contundente: "¡Lacayos de Berlín y Bruselas, basta de destruir a Polonia y de falsear la realidad!". "¡Fuera del palacio presidencial. El presidente está de fiesta y el pueblo pasa hambre". "La UE es peor que las vacas locas".

"Estamos en contra de la UE porque nos pone condiciones imposibles de cumplir. ¿De dónde vamos a sacar dinero para modernizar nuestras granjas?"
Plewa: "Creo que la agricultura polaca sabrá aprovechar la oportunidad de la UE. En la historia, los campesinos afrontaron situaciones mucho peores"
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Los manifestantes no necesitaban muchos estímulos para dar rienda suelta a su indignación. Un ejemplo: "Me llamo Stanislaw Wierucki, soy campesino y tengo más de 40 años. Protestamos contra la política de saqueo de Polonia y el desmantelamiento del Estado. Ésta no es una política económica, sino un desmontaje, un verdadero robo a Polonia. Yo y mis compañeros no pertenecemos a ningún partido ni a ninguna organización agraria. Vengo del campo, de la voivodía de Lodz

[en el centro del país]. Hace dos años perdí mi trabajo en la ciudad y me dedico a explotar una pequeña granja de dos hectáreas de mi propiedad. Intento sobrevivir con esto, pero es casi imposible. Las pocas frutas que produzco las vendo en un mercadillo callejero. Tengo una mala opinión de la UE. La UE está dominada por los alemanes, que tienen sus intereses creados".

Condiciones draconianas

Unos metros más allá, otro declara: "Me llamo Jan Kowalski, soy agricultor de Nowe Miasto Lubawskie, a 230 kilometros de Varsovia. Tengo 23 años y ayudo a mis padres y a mis cinco hermanos en una granja de 30 hectáreas. Nos dedicamos a la cría de cerdos y a la producción de leche. Producir carne de cerdo ya no es rentable. Por el litro de leche pagan una miseria, y ni siquiera vale la pena tener un gallinero porque es mas barato importar pollos del extranjero. Estamos en contra de la UE porque nos ponen condiciones imposibles de cumplir. Por ejemplo, nos obligan a modernizar todo de inmediato. ¿De dónde vamos a sacar dinero para ello?".

Un año después, en vísperas del ingreso en la UE, los sentimientos de los agricultores polacos no han cambiado. En Podbiele, una aldea situada a 100 kilómetros al este de Varsovia, un grupo de parroquianos consume cerveza en una tabernucha, una soleada mañana de domingo. La conversación degenera en un coro de lamentos sobre la situación. Un hombre mayor, soltero, propietario de 18 hectáreas de tierra cultivable y 26 de bosque, dice que tiene siete vacas y 20 cerdos, y asegura: "La cosa está muy mal. Por un kilo de cerdo pagan 2,80 zlotys y sale más caro alimentarlo". A su lado, otro hombre mayor comenta: "Para competir con Europa hay que invertir mucho y no tenemos dinero. No nos van a comprar la leche si no cumple las exigencias sanitarias, pero no tenemos dinero para invertir y mejorar la calidad". Un tercero resume con contundencia: "Antes teníamos la mierda de Moscú y ahora tenemos la de Bruselas".

Unos kilómetros más allá se encuentra el pueblo de Nagoszewka. El alcalde, Miroslaw Spinck, de 55 años, es un caso típico de polaco que combina la agricultura con otra actividad. Spinck trabaja como pequeño empresario de la construcción y mantiene también su granja de 3,5 hectáreas, de la que no podría vivir. La situación de la agricultura en el pueblo es desastrosa: "De 100 granjas, sólo tres son rentables". De la UE, Spinck no espera nada: "No creo nada. Todo son promesas vacías y eso se verá después del 1 de mayo".

En su despacho del Ministerio de Agricultura, en Varsovia, el viceministro Jerzy Plewa es un experto curtido en mil batallas en Bruselas. No está afiliado a ningún partido y ha ocupado el cargo en tres Gobiernos diferentes. Plewa tiene mucho interés en borrar las que considera imágenes falsas sobre la agricultura polaca. Sostiene el viceministro que muchas visiones equivocadas se deben a los criterios estadísticos empleados: "El 18% de la población activa está en la agricultura, pero se considera agricultor a cada persona que posee más de una hectárea de tierra, aunque no viva de ella. Hay 1,8 millones de granjas registradas, pero muchas sólo producen para el autoconsumo o para el ocio. Para la venta producen 980.000 y unas 300.000 están gestionadas de forma profesional. Si cambiamos los criterios estadísticos tendríamos una situación similar a la de Portugal y España".

Explica Plewa que la agricultura cumple en Polonia la función de un colchón para los que pierden el trabajo en la industria y se van a sus granjas para sobrevivir. Con casi un 20% de parados, ese parachoques cumple sin duda una importante función en Polonia. Plewa se lamenta de la dureza con que la UE negoció con Polonia: "Se plantearon exigencias mucho más duras que en su día a España y Portugal. Tenemos que cumplir muchas de ellas desde el 1 de mayo, y hay pequeños sectores con periodos transitorios muy cortos. No se podrá exportar hasta cumplir los requisitos veterinarios y sanitarios exigidos. Este ajuste en la leche y la carne, sobre todo en los mataderos, es muy duro y pesa una amenaza de cierre sobre muchos".

Plewa reconoce la desilusión de los agricultores polacos con la UE, que "ofreció sólo el 25% de fondos durante 10 años, y se incrementan hasta el 2013 cuando se reciben los pagos completos, que no serán muy altos". El viceministro destaca los aspectos positivos de la agricultura polaca: "Tenemos 18 millones de hectáreas cultivables y usamos tres veces menos abonos y 10 veces menos pesticidas que en la UE. Esto es muy bueno para el medio ambiente, pero malo para la rentabilidad de las granjas". El viceministro concluye la entrevista con un pronóstico optimista: "Creo que la agricultura polaca sabrá aprovechar la oportunidad de la UE. En la historia, los agricultores afrontaron situaciones mucho peores que la actual".

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