Crítica:ESTRENO | 'El chico de tu vida'

La buena provinciana

"¡Cuida tu tesoro carnal!", le suelta de pronto Topher Grace a su atractiva compañera de trabajo Kate Bosworth, indisimulada referencia a una virginidad que el joven cree (y teme) en peligro inminente; no en vano, Bosworth va a pasar unos días, desde su nativa Virginia occidental, a Hollywood y en compañía del actor de moda, Josh Duhamel. Ahí, ya de entrada, quedan claros la trama y el conflicto principal de esta un tanto insustancial, a ratos simpática pero decididamente previsible comedia de enredos juveniles: nuestro hombre penará porque se considera inferior a su competidor, mientras éste...

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"¡Cuida tu tesoro carnal!", le suelta de pronto Topher Grace a su atractiva compañera de trabajo Kate Bosworth, indisimulada referencia a una virginidad que el joven cree (y teme) en peligro inminente; no en vano, Bosworth va a pasar unos días, desde su nativa Virginia occidental, a Hollywood y en compañía del actor de moda, Josh Duhamel. Ahí, ya de entrada, quedan claros la trama y el conflicto principal de esta un tanto insustancial, a ratos simpática pero decididamente previsible comedia de enredos juveniles: nuestro hombre penará porque se considera inferior a su competidor, mientras éste, un tipo banal y construido según todos los tópicos que conocemos sobre el carácter voluble de los actores, terminará descubriendo a la mujer de su vida en la buena, decididamente adorable provinciana. El resto lo puede imaginar, sin demasiados esfuerzos, el lector: aquí nadie lo importunará con soluciones imaginativas ni con alardes de originalidad.

EL CHICO DE TU VIDA

Dirección: Robert Luketic. Intérpretes: Kate Bosworth, Topher Grace, Josh Duhamel, Sean Hayes, Nathan Lane. Género: comedia, EE UU, 2004. Duración: 95 minutos.

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Ahí están lo mejor y lo peor del filme: lo mejor, que no engaña nunca sobre sus intenciones de hacer pasar un buen rato (un ratito, más bien) y punto; lo peor, todo lo demás, con la ausencia de toda sorpresa incluida. Estamos ante un producto de consumo inmediato, un kleenex visual de usar y tirar en el cual el australiano Robert Luketic (su anterior crédito en EE UU no es otro que el temible Una rubia muy

legal) pone lo que de él se espera para hacerlo plausible: una narración funcional y una correcta dirección de actores. Nada más. Lo poco interesante corre por cuenta de Kate Bosworth, a quien conocíamos sobre todo de En el filo de las olas. Su manera de hacer creíble a la enésima vecinita de al lado con que nos obsequia Hollywood parece por lo menos digno de tenerse en cuenta en una película que seguramente olvidaremos dentro de una semana..., o incluso menos.

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