José Saramago: "Madrid debe seguir siendo la capital moral"

En el día del primer aniversario de la guerra de Irak, el escritor portugués José Saramago, afirmó, en una Puerta del Sol atestada de personas, que Madrid, tras los atentados del 11-M, se había convertido en "la capital moral del mundo".

Un calificativo que, en opinión del premio Nobel, Madrid no puede perder. "Tenéis una responsabilidad ciudadana, porque si habéis llegado hasta ahí no podéis bajaros", dijo ayer a los asistentes a la presentación de su última novela, Ensayo sobre la lucidez (Alfaguara), en la que le acompañó el periodista radiofónico Iñaki Gabilondo. Fueron decen...

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En el día del primer aniversario de la guerra de Irak, el escritor portugués José Saramago, afirmó, en una Puerta del Sol atestada de personas, que Madrid, tras los atentados del 11-M, se había convertido en "la capital moral del mundo".

Un calificativo que, en opinión del premio Nobel, Madrid no puede perder. "Tenéis una responsabilidad ciudadana, porque si habéis llegado hasta ahí no podéis bajaros", dijo ayer a los asistentes a la presentación de su última novela, Ensayo sobre la lucidez (Alfaguara), en la que le acompañó el periodista radiofónico Iñaki Gabilondo. Fueron decenas las personas que no pudieron entrar al teatro Alcalá, que se quedó pequeño ante la gran afluencia de público que asistió al acto.

"España se movilizó con un mensaje que inundó todo y cambió el poder", señaló el autor de Ensayo sobre la lucidez. "Y hay un paralelismo con esta novela mía en la que la gente, de una forma más silenciosa, también se mueve". La obra trata de unas elecciones municipales en las que el 83% de los electores vota en blanco.

El escritor, que reside en Lanzarote, prosiguió hablando de España, "donde están pasando cosas muy raras", dijo. "No sólo hay una regeneración ética de la televisión. También, a raíz de los cambios políticos, empiezan a sonar palabras como bondad, respeto o decencia que no tenían que ver con la política", se alegró y pidió una regeneración del lenguaje "para que las palabras digan la verdad".

"Vaticinio casi diabólico"

"Su capacidad de vaticinio es casi diabólica", le espetó entre risas Gabilondo. "En una ficción escrita antes del 11-M habla de una revuelta popular, un atentado con 34 muertos en el metro a la superficie de la ciudad, la gente se pregunta quién ha sido, las autoridades hablan de que hay una mano detrás, los jóvenes buscan la verdad...", enumeró el locutor. "¿No me digan que no hay algo de brujería?", preguntó al público Gabilondo.

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José Saramago tomó entonces la palabra: "Me gustaría que se pudiese sacar una conclusión en beneficio mío. Quizás haya que tener más en cuenta a los artistas que a los políticos".

Con una ironía cargada de tristeza, el novelista, que figura en el séptimo lugar de la lista del partido comunista portugués para las próximas elecciones europeas, habló también de la reacción a Ensayo sobre la lucidez en su país. "Los columnistas de centro y de derecha han dicho que con este libro el autor quiere demoler la democracia. Cosa que no debe sorprender porque es un estalinista". Como las tragedias en teatro, esta novela, dijo, estaba abocada a un drama final. "A lo mejor necesitamos que las cosas terminen mal para que nos demos cuenta de que no vivimos en un mundo feliz", reflexionó. "El perro de las lágrimas somos nosotros, aullemos para que se nos oiga".

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