Análisis:Inversión | CONSULTORIO

Salidas a Bolsa

La Bolsa española emprendió en marzo de 2003 una senda alcista que ha llevado al Ibex 35 a superar los 8.300 puntos, con una revalorización superior al 30%. El optimismo bursátil explica que para los próximos meses estén previstas varias salidas al mercado.

Las ofertas públicas de venta (OPV) permiten al inversor individual acceder al accionariado de sociedades que deciden abrir su estructura de propiedad en el mercado de capitales y otorgar liquidez a sus acciones y visibilidad a su valor. Conviene desmitificar este proceso: las salidas a Bolsa incrementan la vulnerabilidad de los soci...

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La Bolsa española emprendió en marzo de 2003 una senda alcista que ha llevado al Ibex 35 a superar los 8.300 puntos, con una revalorización superior al 30%. El optimismo bursátil explica que para los próximos meses estén previstas varias salidas al mercado.

Las ofertas públicas de venta (OPV) permiten al inversor individual acceder al accionariado de sociedades que deciden abrir su estructura de propiedad en el mercado de capitales y otorgar liquidez a sus acciones y visibilidad a su valor. Conviene desmitificar este proceso: las salidas a Bolsa incrementan la vulnerabilidad de los socios de referencia e imponen mayores requisitos en materia de transparencia informativa. Las salidas a Bolsa mediante ampliación de capital, y, por tanto, con entrada de fondos para la sociedad, son un procedimiento habitual de financiación de planes de expansión.

Las salidas a Bolsa incrementan la vulnerabilidad de los socios de referencia e imponen mayor transparencia informativa

El sector inmobiliario ha sido uno de los protagonistas del crecimiento de la economía española y su valor en Bolsa ha reflejado la revalorización de su patrimonio. Para valorar sociedades inmobiliarias, las empresas de tasación recurren al llamado NAV (net asset value), que refleja el valor de los activos a precio de mercado menos la deuda de la compañía. Con esta diferencia se obtiene una valoración tentativa de los fondos propios a precios de mercado y, por tanto, una referencia de la cotización teórica.

Un enfoque conservador suele utilizar como referencia el NAV después de deducir los impuestos sobre las plusvalías, y aplicar a esta magnitud un descuento, dada la penalización empírica que el mercado bursátil aplica tradicionalmente a las sociedades tenedoras de activos. El método sólo nos parece apropiado para inmobiliarias patrimonialistas (promueven o adquieren inmuebles para alquiler). Para valorar las inmobiliarias enfocadas a la promoción hay muchas hipótesis para aplicar el NAV (plazos de la cartera de suelo, volumen y precios de venta). En estos casos, la valoración por múltiplos (por ejemplo, el PER) parece más adecuada.

José María Nogueira y Arturo Rojas son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas.

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