La policía identifica en dos días a 100 supuestos clientes de meretrices de Montera

Agentes municipales inspeccionan dos pisos en los que, según los vecinos, se ejerce la prostitución

En los últimos dos días, más de cien hombres a los que la Policía Municipal consideró sospechosos de ser clientes de prostitutas o proxenetas han tenido que enseñar su documentación a los agentes cuando paseaban por la calle de la Montera (Centro). En total, desde las diez de la mañana del pasado lunes -momento en el que el Ayuntamiento puso en marcha la operación contra la "esclavitud sexual" en esa calle- y hasta la una de la tarde de ayer habían sido identificadas 116 personas, "la inmensa mayoría" hombres, según un portavoz de la Concejalía de Seguridad.

De ellas, tres mujeres y un ...

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En los últimos dos días, más de cien hombres a los que la Policía Municipal consideró sospechosos de ser clientes de prostitutas o proxenetas han tenido que enseñar su documentación a los agentes cuando paseaban por la calle de la Montera (Centro). En total, desde las diez de la mañana del pasado lunes -momento en el que el Ayuntamiento puso en marcha la operación contra la "esclavitud sexual" en esa calle- y hasta la una de la tarde de ayer habían sido identificadas 116 personas, "la inmensa mayoría" hombres, según un portavoz de la Concejalía de Seguridad.

De ellas, tres mujeres y un varón rumanos fueron trasladados a comisaría para iniciar el trámite de su expulsión de España en aplicación de la Ley de Extranjería. La policía les acusa de proxenetismo (obtener beneficio de la prostitución de otra persona), la única actividad ligada a la prostitución que está penada por ley. Al resto de los ciudadanos se les devolvió su documentación -tras comprobar en el centro de datos del Cuerpo Nacional de Policía que no estaban buscados por ningún delito- y se los dejó marchar sin más consecuencias, al menos sobre el papel. El edil de Seguridad, Pedro Calvo, ya advirtió de que parte de la operación contra la prostitución iniciada en Montera consiste en "hostigar" a los clientes y a los proxenetas, después de hacerles un seguimiento y observar sus movimientos en esa calle y en las aledañas de Jardines, Caballero de Gracia, Aduana y Virgen de los Peligros.

Agentes municipales entraron, además, en sendos pisos del portal número 2 de la calle de Jardines que habitualmente son utilizados por las meretrices y sus clientes, y también en un locutorio ilegal. Pedro Calvo había asegurado el pasado lunes, cuando se presentó el dispositivo, que el Ayuntamiento podía inspeccionar hostales, pensiones y casas de huéspedes, pero que acceder a los pisos clandestinos -donde, según los vecinos de la zona, se ejerce el grueso de la prostitución- era más difícil porque requería una orden judicial que ningún juez concedería "basándose sólo en sospechas".

Ayer, sin embargo, la policía logró entrar en estos pisos, inspeccionarlos y recabar información que después entregará al juzgado para reclamar su precinto. Lo hizo porque, tras llamar a la puerta, "una inquilina les autorizó el acceso". En los próximos días se mantendrá la vigilancia intensiva, "desde el exterior", de estas viviendas y de la gente que entra y sale de ellas.Desde el pasado lunes, 20 policías en el turno de día, 20 en el de tarde y 18 en el de noche vigilan la calle de Montera y aledaños, como parte de una operación contra la prostitución "sin tiempo limitado". El dispositivo está circunscrito a esta calle de la ciudad y el Ayuntamiento no prevé extenderla en breve plazo, aunque la prostitución se ejerce en otras muchas zonas de Madrid -algunas más alejadas del centro, como la Casa de Campo o Villaverde, y otras a escasos 50 metros de Montera, al otro lado de Gran Vía, en calles como Desengaño o Ballesta-.

Las cuatro personas, todas ellas rumanas, detenidas ayer por supuesto proxenetismo son el matrimonio formado por Ionel Cristinel y Mariana O., de 27 y 31 años, y dos colaboradoras: Aurelia R., conocida como La Negra, de 18 años, y Mónica Florentina P., de 26.

Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía aseguró que los agentes recibieron la denuncia de una de sus víctimas, a la que habían traído a España "para realizar un trabajo honrado", y a la que después obligaron a trabajar como prostituta en Montera de siete de la mañana a doce de la noche. Los cuatro rumanos fueron puestos a disposición del juez, que ahora decidirá sobre su expulsión.

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Además del hostigamiento a supuestos clientes y proxenetas, el dispositivo tiene una vertiente social (apoyo a las meretrices) y otra económica (inspección de hostales, pensiones y salones de juego). De la primera dan fe, según el gobierno municipal, las 65 visitas que en dos días ha tenido la furgoneta que la asociación Apramp tiene aparcada en la plaza del Carmen, y en la que ofrece información a las meretrices que quieran dejar la calle. La Concejalía de Empleo y Servicios al Ciudadano, dirigida por Ana Botella, calcula que en Montera trabajan 70 prostitutas, y ayer aseguró que 65 de ellas habían visitado la furgoneta de Apramp.

Ayuda social

La oferta que les hacen las mediadoras sociales de Apramp en nombre del Ayuntamiento es la siguiente: a las españolas y extranjeras documentadas, apoyo psicológico, la llamada renta mínima de inserción (una ayuda de 300 euros mensuales) en caso de que cumplan los requisitos y un "plan de inserción laboral personalizado". A las inmigrantes sin papeles, que son mayoría, apoyo psicológico y, si quieren regresar a su país, el billete de avión. Las que denuncien a su proxeneta podrán acogerse, además, al plan de testigos protegidos, que les garantiza la obtención del permiso de residencia.

En cuanto a las inspecciones a pensiones, hostales y casas de huéspedes, a los siete establecimientos inspeccionados el pasado lunes -cuatro de los cuales no presentaron la preceptiva licencia- se sumaron ayer otros tres, esta vez todos legales.

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