Reportaje:

El Parlamento de la reforma del Estatuto

La Cámara andaluza que se constituye hoy presenta un panorama político muy complicado para la oposición

El Parlamento de Andalucía que se constituye hoy tiene por delante cuatro años de trabajo con una prioridad en su agenda: la reforma del Estatuto de Autonomía, un compromiso que figura en el programa electoral del PSOE, partido al que los ciudadanos le han otorgado, hasta 2008, la mayoría absoluta.

La misma noche electoral, el presidente electo de la Junta de Andalucía, el socialista Manuel Chaves, bautizó la séptima legislatura que hoy comienza como la de la reforma estatutaria, pero la iniciativa nace con incógnitas: ¿Se sumará el Partido Popular, el principal grupo de la oposición? ¿...

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El Parlamento de Andalucía que se constituye hoy tiene por delante cuatro años de trabajo con una prioridad en su agenda: la reforma del Estatuto de Autonomía, un compromiso que figura en el programa electoral del PSOE, partido al que los ciudadanos le han otorgado, hasta 2008, la mayoría absoluta.

La misma noche electoral, el presidente electo de la Junta de Andalucía, el socialista Manuel Chaves, bautizó la séptima legislatura que hoy comienza como la de la reforma estatutaria, pero la iniciativa nace con incógnitas: ¿Se sumará el Partido Popular, el principal grupo de la oposición? ¿Aprobará el PSOE una nueva carta autonómica sin el PP?

Los andaluces decidieron en las recientes elecciones que 61 de los 109 parlamentarios sean socialistas; 37, del Partido Popular; seis, de Izquierda Unida; y cinco, del Partido Andalucista. La mayoría absoluta está en 55 votos y la mayoría necesaria para sacar adelante en un primer momento la reforma del Estatuto, en 65.

Las razones que invoca el PP para decir que no son las que argumenta el PSOE para decir sí
Los interlocutores de PP e IU van a estar fuera del campo de juego parlamentario
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Tanto el PSOE, como Izquierda Unida y Partido Andalucista -que suman 72 diputados- han asumido ese compromiso en sus programas electorales, mientras que el PP no sólo no lo considera necesario sino que estima que el actual momento político, con el plan Ibarretxe en primer plano, no es el oportuno.

Pero las mismas razones que invoca el PP para decir que no a la reforma son las que argumenta el PSOE para decir que sí, toda vez que este partido está convencido de que Andalucía puede y debe jugar un papel de contrapeso y equilibrio en el debate territorial sobre el Estado de las autonomías.

Una de las primeras medidas que va a proponer el candidato socialista Manuel Chaves cuando el próximo 21 de abril sea investido por quinta vez presidente de la Junta va a ser la creación de una ponencia en el Parlamento para estudiar la reforma estatutaria.

Socialistas, IU y PA ya anunciaron en plena campaña electoral su disposición a participar en esa comisión, mientras que el Partido Popular contestó con un "ya veremos". No obstante, en el debate que organizó EL PAÍS sobre la reforma estatutaria, el representante del PP, Rafael Salas, apuntó, por primera vez desde que en 2001 Chaves puso encima de la mesa la actualización del Estatuto, una lista de temas sujetos a revisión entre los que se encontraba el papel de Andalucía en Europa, la organización territorial de la comunidad o la inclusión de órganos creados durante estos 22 años de autonomía.

La decisión que adopte el PP sobre este asunto marcará el rumbo que va a tomar en esta legislatura toda vez que sin sus votos la reforma puede salir adelante en el Parlamento andaluz y un nuevo periodo de aislamiento y a la contra en la Cámara andaluza, como ocurrió en la pasada legislatura, puede ser letal para los intereses de los populares.

El Parlamento que se constituye hoy presenta un panorama político interno muy complicado para los grupos de la oposición, frente a un PSOE muy fortalecido y cohesionado.

La decapitación política de Teófila Martínez como presidenta del PP y su sustitución por Javier Arenas va a situar el centro de decisión de este partido fuera del Parlamento, toda vez que el político sevillano no tiene acta de diputado en la Cámara autonómica, sino en el Congreso de los Diputados. Es decir, el interlocutor político del PP va a estar fuera del campo de juego parlamentario, al igual que le ocurre a IU, cuyo coordinador regional, Diego Valderas, no sacó escaño el pasado 14 de marzo. Lo paradójico de esta situación es que ni PP ni IU contemplasen ni siquiera como eventualidad algo que sí barajaban las encuestas y no calculasen sus recambios.

La oposición que ejercerán ambos la harán a través de personas interpuestas y sin foco alguno en la sesión de control al Gobierno, especialmente en las preguntas al presidente, un escenario que Manuel Chaves ha reservado, en las dos últimas legislaturas, para hacer anuncios de calado cogiendo a la oposición con el pie cambiado.

Tampoco el Partido Andalucista pasa por sus mejores momentos. En este partido aún no se ha digerido que no va a formar parte del Gobierno, al tiempo que su distanciamiento con sus antiguos socios de coalición deberá ser paulatino toda vez que el PA, salvo su oposición a la coincidencia de la fecha electoral, ha apoyado todas las acciones y medidas de Manuel Chaves en los últimos ocho años.

Para los socialistas su principal preocupación es administrar "bien", en palabras del líder del PSOE, el enorme caudal de confianza que le han depositado los andaluces. "Recuperar el prestigio" de la mayoría absoluta y elevar la calidad democrática de la Cámara son dos de los objetivos del PSOE, como señaló 24 horas después del 14-M la que a partir de hoy será presidenta del Parlamento, Mar Moreno.

El PSOE, que ha tardado 22 años en apostar por una mujer para que ocupe la segunda autoridad de la comunidad, es el único grupo parlamentario paritario: 30 de sus 61 escaños estarán ocupados por mujeres, mientras que en el PP son 12 de 37. En IU sólo figura la que será su portavoz, Concha Caballero, mientras que en el PA son todos hombres.

La señorías que tomarán hoy posesión tienen una edad media de 45 años, el 45% estrena escaño y el 40% son mujeres.

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