Una mala noticia para escritores y lectores
El cierre de la Librería Antonio Machado de Sevilla ha llenado de tristeza a muchas personas: escritores, editores, profesores y, sobre todo, lectores amantes de internarse en las páginas de un libro como en una exploración que anima a la aventura...
El novelista Hipólito G. Navarro recuerda que presentó su primer libro, El aburrimiento, Lester, en la librería. "Las escaleras estaban abarrotadas de gente", evoca. "Mala cosa es que se cierren las librerías de culto, en las que uno se ha formado como lector. Yo compraba en la Librería Antonio Machado libros que me recomendaban con ...
El cierre de la Librería Antonio Machado de Sevilla ha llenado de tristeza a muchas personas: escritores, editores, profesores y, sobre todo, lectores amantes de internarse en las páginas de un libro como en una exploración que anima a la aventura...
El novelista Hipólito G. Navarro recuerda que presentó su primer libro, El aburrimiento, Lester, en la librería. "Las escaleras estaban abarrotadas de gente", evoca. "Mala cosa es que se cierren las librerías de culto, en las que uno se ha formado como lector. Yo compraba en la Librería Antonio Machado libros que me recomendaban con muy buen criterio. Carmen Reina me recomendó libros de autores desconocidos que eran muy buenos y gracias a ella los pude conocer. Eso no sucede en unos grandes almacenes o en una gran superficie", explica Navarro.
El editor Miguel Ángel Matellanes muestra también su pesar. "Siempre es lamentable que se cierre una librería. Es un espacio menos para la cultura", comenta. "Parece que eso está relacionado con una tendencia más general de concentración del mercado. Ya que las cosas van en esa dirección, es inevitable que los editores y los responsables de esos grandes centros que reemplazan a las pequeñas librerías adquieran la función que desempeñaban éstas", agrega Matellanes.
Para el novelista Luis Manuel Ruiz, el cierre es una mala noticia. "Me parece mal que cierre una librería. Me da lástima. Es una desgracia. Además, la Librería Antonio Machado tenía su solera y tradición. Yo siempre me solía parar en sus escaparates", afirma Ruiz.