Funcionarios de Fomento exigen que se paralicen los cinturones de Madrid

El ministerio de Álvarez-Cascos quería acelerar los trámites de la M-60 y cerrar la M-50

El lunes pasado, horas después de conocerse que el Ministerio de Fomento no seguiría en manos del PP, altos funcionarios de planificación de Carreteras advirtieron de que no darían un solo paso por acelerar los proyectos acordados con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Se trata de la construcción de la M-60 y del cierre de la M-50 entre Pozuelo y la carretera de Burgos. Ambos proyectos han sido acelerados en los últimos meses a pesar de atravesar espacios protegidos, pero los técnicos han pedido que se paralicen hasta la llegada del nuevo ministro.

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El lunes pasado, horas después de conocerse que el Ministerio de Fomento no seguiría en manos del PP, altos funcionarios de planificación de Carreteras advirtieron de que no darían un solo paso por acelerar los proyectos acordados con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Se trata de la construcción de la M-60 y del cierre de la M-50 entre Pozuelo y la carretera de Burgos. Ambos proyectos han sido acelerados en los últimos meses a pesar de atravesar espacios protegidos, pero los técnicos han pedido que se paralicen hasta la llegada del nuevo ministro.

La paralización fue comunicada a la subdirectora general de Carreteras, María Ángeles Yáñez, por los técnicos de planificación, a la vista de las prisas que había impuesto el ministro Francisco Álvarez-Cascos para acelerar los proyectos reclamados por la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre.

Según fuentes de ese departamento, ninguna de las dos infraestructuras es urgente. No se justifica su inclusión entre las prioridades del Ministerio de Fomento, ni por la intensidad de tráfico ni por las previsiones de circulación a medio plazo.

Pese a ello, los estudios informativos sobre los proyectos de estos dos anillos se han precipitado nada más llegar a la presidencia de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre. El pasado viernes, un día después de producirse los atentados a los trenes de cercanías, el Boletín Oficial del Estado publicaba una resolución de la Secretaría de Estado de Infraestructuras por la que se sacaba a información pública la licitación de los estudios informativos del quinto cinturón de Madrid (M-60) y el del cierre de la M-50 entre la A-6 y la A-1.

El presupuesto de la consultoría para la M-60 es de 2,06 millones de euros y tendrá que estar terminado dentro de año y medio, mientras el cierre de la M-50 por el noroeste, que debería estar listo dentro de un año, se valora en 865.000 euros. En el mismo paquete se incluía otro estudio informativo para la mejora de la N-II a su paso por la zona del Maresme, al norte de Barcelona.

La longitud estimada del cierre de la M-50 es de unos 32 kilómetros, que enlazarían San Sebastián de los Reyes con Las Rozas a través del monte de El Pardo. Las obras costarían, a precios de hoy, unos 900 millones de euros, según explicaba el Ministerio de Fomento. En los argumentos para justificar la urgencia de abordar esta infraestructura, Fomento dice que desde la entrada en servicio de la M-40 (en tiempos del PSOE) el incremento del número de vehículos que circulan por este corredor "puede calificarse como excepcional, derivado fundamentalmente de los importantes desarrollos urbanísticos y del crecimiento general de la economía, uno de cuyos efectos es el aumento de la movilidad por carretera, tanto de personas como de mercancías".

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Fuentes del departamento de planificación de Carreteras aseguran que ese argumento no se sostiene. También afirman que se ha presionado a los técnicos para que buscaran alguna justificación que avalara la necesidad de esta obra.

Y como la búsqueda resultó infructuosa, se ha recurrido al incremento de la circulación para sostener la necesidad de cerrar la M-50. Pero tampoco es cierto que se haya producido tal aumento de tráfico en esta carretera como para necesitar urgentemente otra alternativa paralela.

Las mismas fuentes aseguran que en el tramo equivalente de la M-40, el que va desde la carretera de A Coruña y los túneles de El Pardo hasta el enlace con la carretera de Burgos, sufra congestiones de vehículos. "Sólo se producen picos de retenciones entre las ocho y las diez de la mañana", asegura un alto funcionario de Fomento. "Y por un pico de dos horas al día no hace falta hacer una nueva autovía que atraviesa una zona protegida", añade. El propio ministerio calcula que para 2009 utilizarán este tramo 33.000 vehículos diarios. Como referencia comparativa baste mencionar que la M-30 y las vías de acceso a Madrid más congestionadas registran picos de entre 150.000 y 200.000 vehículos diarios.

Kilómetros de túneles

Lo mismo ocurre con la quinta vía de circunvalación prometida por Esperanza Aguirre, la M-60. Este cinturón tendría una longitud de 170 kilómetros, para los que sería necesario invertir 1.500 millones de euros. La mayor parte de su trazado por la zona noroeste atravesaría los municipios de Torrelodones, Hoyo de Manzanares y ColmenarViejo por unos espacios incluidos en el parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

Las fuentes de Fomento señalan que durante el mandato de Alberto Ruiz-Gallardón al frente de la Comunidad de Madrid ya hubo intentos de poner en marcha el cierre de la M-50, pero los estudios previos ambientales dirigidos por el entonces consejero, Pedro Calvo, desestimaron su continuidad debido a la afección sobre el monte de El Pardo. O se atravesaba el monte por túneles o la obra no salía. Con la llegada de Esperanza Aguirre el proyecto se ha rescatado.

Según las fuentes mencionadas, el tráfico previsto no justifica en medida alguna esta enorme inversión y los daños medioambientales.

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