ELECCIONES 2004

Los socialistas recortan 14 puntos al PP

La izquierda rescata el voto que perdió hacia la abstención en las generales de hace cuatro años

Los ciudadanos dieron ayer la vuelta a la tendencia que llevó al PP a obtener hace cuatro años su mayoría electoral más amplia entre los valencianos. Si en 2000 los populares obtuvieron una ventaja de 18 puntos sobre el PSPV, con una mayoría del 52% de los votos, ayer los socialistas recortaron casi 14 puntos y se situaron a poco más de un 4% del PP, que obtuvo el 46,8% de los votos. El recorte no alcanza los niveles de la remontada del PSOE en el conjunto de España, que ha producido un vuelco general en el mapa político, pero se le acerca mucho. Además, se produce en el que está considerado u...

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Los ciudadanos dieron ayer la vuelta a la tendencia que llevó al PP a obtener hace cuatro años su mayoría electoral más amplia entre los valencianos. Si en 2000 los populares obtuvieron una ventaja de 18 puntos sobre el PSPV, con una mayoría del 52% de los votos, ayer los socialistas recortaron casi 14 puntos y se situaron a poco más de un 4% del PP, que obtuvo el 46,8% de los votos. El recorte no alcanza los niveles de la remontada del PSOE en el conjunto de España, que ha producido un vuelco general en el mapa político, pero se le acerca mucho. Además, se produce en el que está considerado un granero de respaldo electoral al PP que ha apuntalado las victorias del partido de José María Aznar una y otra vez.

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Ayer, al comentar los resultados, el secretario general del PP en la Comunidad Valenciana, Serafín Castellano, en medio de una soledad bastante llamativa, recordó que la suya sigue siendo la formación que cuenta "con el respaldo mayoritario de los ciudadanos". Es así, pero también ocurre que la izquierda vuelve a recoger la mayor parte de los votos y que la situación regresa a un marcador similar al que establecieron las elecciones generales de 1996, con unos resultados que se quedaron cortos para las expectativas levantadas entonces, tras el acceso de Eduardo Zaplana a la Generalitat.

El fenómeno más llamativo de los comicios de ayer es que la izquierda ha recuperado el voto perdido hacia la abstención hace cuatro años, con la circunstancia de que el PSPV ha logrado superar el millón de sufragios y hace sentir de cerca su aliento a los populares, aunque Esquerra Unida ha visto ligeramente reducida su cuota electoral (pierde poco más de un punto) a causa de la gran movilización de votantes que registró la jornada. La coordinadora de EU, Glòria Marcos, se limitó a señalar que ha funcionado el voto útil, lo que "es un poco injusto".

Esa recuperación de los niveles de apoyo de las formaciones de la oposición no es una buena noticia para el partido que gobierna la Generalitat, sumido en una dura crisis interna que enfrenta al hasta ahora ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, y al presidente del Consell, Francisco Camps. Un partido, el que todavía preside Zaplana, que no ha resuelto su bicefalia (ha realizado, de hecho, dos campañas distintas, una organizada por el aparato y otra promovida desde el Gobierno autónomo), aunque la derrota de Mariano Rajoy a manos del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que presidirá el Gobierno de España, puede ayudar a resolver el asunto a favor de quien está todavía instalado en las instituciones (Camps) frente a quien se ve desalojado de ellas (Zaplana).

Las singulares condiciones en que se han celebrado la elecciones, con la conmoción del brutal atentado de Madrid y la polémica por la manipulación informativa del Gobierno en el ánimo de los ciudadanos, hacen difícil calibrar el efecto que la candidata socialista por Valencia, Carmen Alborch, ha tenido en el éxito socialista (ha arrebatado un escaño al PP). Alborch, feliz por la victoria de Zapatero, dijo anoche: "Hemos sido valientes y hemos ganado". En Alicante sucede algo parecido (Leire Pajín ha logrado arrebatar también un escaño a los populares). En Castellón es indudable que, más allá del tirón electoral de Jordi Sevilla, en el hecho de que los socialistas hayan pasado de estar a 20 puntos del PP a situarse a un punto, acariciando en algún momento incluso el tercer diputado, ha sido determinante el efecto Fabra, es decir el escándalo por la investigación por supuesto tráfico de influencias al poderoso jefe de la Diputación.

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Por lo que se refiere al Bloc Nacionalista Valencià, éstas no eran sus elecciones y ha perdido casi un punto. Esquerra Republicana del País Valencià ha pasado de 3.000 a 13.000 votos, pero no ha emergido de la sopa de siglas más o menos marginales (el Partido del Cannabis la ha superado en votos).

En definitiva, euforia en la izquierda y desolación en la derecha. Así fue el 14-M.

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