Crítica:

Arquitecturas "de boudoir"

¿Qué tienen en común los nómadas (Deleuze y Guattari), el vagabundo (Lyotard), el sospechoso (Foucault) y el parásito (Derrida)? Son figuras que se cuelan por los intersticios de las estructuras metafísicas, que socavan sus cimientos a la búsqueda de un territorio más allá de los nidos vigilados por la maquinaria del poder. El parásito (para-site), el que está fuera de sitio, describe la mecánica deconstructiva que, como en el caso de Buster Keaton (One week, 1920) -la historia de un recién casado que con grandes esfuerzos intenta levantar la casa prefabricada cuyos componentes, ...

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¿Qué tienen en común los nómadas (Deleuze y Guattari), el vagabundo (Lyotard), el sospechoso (Foucault) y el parásito (Derrida)? Son figuras que se cuelan por los intersticios de las estructuras metafísicas, que socavan sus cimientos a la búsqueda de un territorio más allá de los nidos vigilados por la maquinaria del poder. El parásito (para-site), el que está fuera de sitio, describe la mecánica deconstructiva que, como en el caso de Buster Keaton (One week, 1920) -la historia de un recién casado que con grandes esfuerzos intenta levantar la casa prefabricada cuyos componentes, que han sido alterados y no coinciden con los del manual, le son enviados por tren como regalo de un antiguo pretendiente de su mujer-, carecerá de alternativa, pues se desarrolla como pura crítica, como tenaz trabajo del intruso que se instala en un edificio y subvierte con su impertinente presencia la construcción de una patología urbana a través de su mirada caleidoscópica.

MAGDALENA CORREA

'El viaje'

Galería Antonio de Barnola

Palau, 4. Barcelona

Hasta el 27 de marzo

Magdalena Correa (Santiago de

Chile, 1968) es ese parásito derrideano que pone a prueba la capacidad de percepción del espectador en un vagar casi esquizoide entre el exterior y el interior de un edificio ubicado en el puerto de Barcelona, el World Trade Center. Siete fotografías en blanco y negro seleccionadas entre más de 1.500 componen un viaje rizomático por los rincones inhóspitos del proyecto de Pei & Partners, emplazado en la zona de embarque y desembarco de cruceros, y que dan como resultado esas rupturas de significante entre la arquitectura y su entorno: el edificio imita la forma de un buque de cemento y cristal anclado en la tierra, al borde del agua, pero es a la vez el espejo de una ciudad en continua transformación, el depredador que usan las ciudades para contribuir desde su perspectiva a su destrucción. En este gran buque fantasma no hay presencia humana y el cristal actúa como membrana de cemento entre la intemperie y el interior del edificio. Movilidad nómada del individuo reducido a cenizas frente a un espacio desértico, estriado, donde se oye un enjambre bullicioso, invisible, que tiene su mejor metáfora en una gran fotografía sobre hule, colocada sobre el suelo de la galería, como un gran cuadro barroco.

El concepto de espacio/territorio es dominante en toda la obra de Magdalena Correa. Su último proyecto, El museo, tenía como modelo el Museo de Arte Contemporáneo de Santiago de Chile, un edificio neoclásico que para la artista supuso "un ejercicio de deconstrucción y reconstrucción" de sus formas. Puede que con estas paradojas podamos entender mejor qué quiere expresarse con el nuevo "perfil borroso" que resultará del Forum 2004, trasunto del sujeto "desleído" frente a la filosofía de boudoir impulsada por la nueva especulación cultural.

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