El Parlamento francés aprueba definitivamente la ley del velo
La prohibición de signos religiosos en la escuela pública quedó aprobada ayer definitivamente, tras obtener la ratificación del Senado francés por 276 votos a favor y 20 en contra. Esto garantiza la promulgación de la ley con mucha antelación respecto al comienzo del curso académico, en septiembre próximo, momento elegido por las autoridades para erradicar velos o pañuelos islámicos, kippas judías y grandes cruces católicas de los centros públicos de enseñanza primaria y secundaria.
El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, aseguró que el laicismo no significa ir contra ninguna r...
La prohibición de signos religiosos en la escuela pública quedó aprobada ayer definitivamente, tras obtener la ratificación del Senado francés por 276 votos a favor y 20 en contra. Esto garantiza la promulgación de la ley con mucha antelación respecto al comienzo del curso académico, en septiembre próximo, momento elegido por las autoridades para erradicar velos o pañuelos islámicos, kippas judías y grandes cruces católicas de los centros públicos de enseñanza primaria y secundaria.
El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, aseguró que el laicismo no significa ir contra ninguna religión: "Cada uno tiene el derecho a expresar su fe, a condición de que en el interior de las escuelas se respeten las leyes de la República". Parecido tono en uno de sus predecesores de izquierda, Pierre Mauroy: "El laicismo crea las mejores condiciones para cada individuo, para su libertad de pensar y actuar, practicar la religión que quiera, ser ateo o considerarse agnóstico".
La cuestión del velo islámico pesará en la manifestación feminista organizada para el próximo sábado en París. El colectivo Ni Putas ni Sumisas, que ha llevado a cabo una gran batalla por el reconocimiento de los derechos de las mujeres de los barrios más difíciles, pretendía hacer del laicismo un punto esencial de esa marcha. Otras asociaciones entienden que sólo es uno de los puntos a defender, y dan la prioridad a la denuncia más general de la "regresión social", punto que coincide con la principal crítica formulada en la moción de censura al Gobierno de Jean-Pierre Raffarin intentada -sin éxito- el martes pasado por la izquierda parlamentaria.