'Circo informático'
En el periódico del martes día 2 de marzo su enviada especial a la ceremonia de los oscars, Elsa Fernández-Santos, nos informa de que "nada se salió de lo previsto" y de que la noche "discurrió sin sorpresas". Su crítico de cine Ángel Fernández-Santos, en una crónica titulada La ley de la pasta, nos informa de que el evento era de nuevo "un tinglado televisivo bien engrasado y opulento, pero de estructura mediocre, utilitario y prosaico" y "un circo informático sofisticadillo, hinchado y volátil". Su comentarista de cine Diego Galán nos informa de que estos oscars no premi...
En el periódico del martes día 2 de marzo su enviada especial a la ceremonia de los oscars, Elsa Fernández-Santos, nos informa de que "nada se salió de lo previsto" y de que la noche "discurrió sin sorpresas". Su crítico de cine Ángel Fernández-Santos, en una crónica titulada La ley de la pasta, nos informa de que el evento era de nuevo "un tinglado televisivo bien engrasado y opulento, pero de estructura mediocre, utilitario y prosaico" y "un circo informático sofisticadillo, hinchado y volátil". Su comentarista de cine Diego Galán nos informa de que estos oscars no premiaron las películas realmente merecedoras, sino otras inferiores. Y su cronista de sociedad Maruja Torres, en una crónica titulada Tedio, desolación y orfandad, nos informa de que ésta fue "la más penosa gala jamás contada".
Totalmente de acuerdo.
Pero, en vista de todo esto, ¿se puede saber por qué se nos ha sometido a tres páginas enteras, tres, sobre dicha ceremonia? ¿Será porque fueron las tres páginas más leídas del diario de aquel día, y que EL PAÍS intentaba así aprovecharse de la misma frivolidad que critica?