LA CRÓNICA | ELECCIONES 2004 | Andalucía

Candidatos en el AVE

Alfonso Guerra y Javier Arenas están librando una discreta batalla electoral en Sevilla. En contra de lo que ocurre en otras provincias, los candidatos de PSOE y PP al Congreso por Sevilla no han entrado en un cuerpo a cuerpo; cada uno hace la campaña a su aire, como si el otro no existiera.

A este inédito duelo electoral concurren dos sevillanos que saben qué es ser vicepresidente del Gobierno (Arenas lo será al menos hasta el 14 de marzo) y ser el números dos de un partido (Guerra fue vicesecretario general del PSOE entre 1979 y 1997 y Arenas, secretario general del PP entre 19...

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Alfonso Guerra y Javier Arenas están librando una discreta batalla electoral en Sevilla. En contra de lo que ocurre en otras provincias, los candidatos de PSOE y PP al Congreso por Sevilla no han entrado en un cuerpo a cuerpo; cada uno hace la campaña a su aire, como si el otro no existiera.

A este inédito duelo electoral concurren dos sevillanos que saben qué es ser vicepresidente del Gobierno (Arenas lo será al menos hasta el 14 de marzo) y ser el números dos de un partido (Guerra fue vicesecretario general del PSOE entre 1979 y 1997 y Arenas, secretario general del PP entre 1999 y 2003). Estos elementos parecen alicientes suficientes para que hubiese una pugna política de altos vuelos, pero lo cierto es que uno y otro están haciendo una campaña en la que no hay lugar para una colisión directa.

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En el diseño de la campaña, el PSOE de Sevilla se ha encontrado con que a Guerra hay que "compartirlo con el resto de España". Los socialistas sevillanos querían contar con Guerra seis días durante la campaña, pero la demanda de otras provincias va a hacer que finalmente vaya a estar "cuatro y medio". Este medio será el día de cierre de campaña. En los otros cuatro días, Guerra, de vuelta de todo en política, ha estado o va a estar en plazas en las que el PSOE obtuvo malos resultados en las pasadas elecciones municipales: Lebrija, Carmona, Morón y Écija. Los socialistas sevillanos están más que satisfechos con la disponibilidad que ha mostrado para acudir allí donde se le ha requerido y están constatando el "tirón impresionante" que conserva entre el electorado.

La campaña de Arenas, cuyo futuro político tiene más incertidumbres, empezó a diseñarse hace nueve meses, tiempo en el que ha incrementado, de forma paulatina, sus actos en la provincia. Hasta tal punto que desde el inicio de la campaña, el 26 por la noche, Arenas ha tenido actos en Sevilla todos los días. En los últimos meses, especialmente los fines de semana, Arenas se ha multiplicado por la capital y por los pueblos, donde la debilidad del PP es evidente. Su objetivo es amarrar el quinto diputado al Congreso que consiguió en 2000. El problema es que Sevilla ha perdido un escaño en estas elecciones (ha pasado de 13 a 12) y Arenas es consciente de que puede ser el gran damnificado por esta merma. Los socialistas dan por seguro que repetirán los siete diputados que lograron hace cuatro años en esta circunscripción y apuntan a que el diputado de menos va a ir en el debe del PP.

Como en 2000, el PP ha realizado en Sevilla un despliegue publicitario para Arenas similar al de la candidata autonómica, Teófila Martínez, algo que el PSOE sólo reserva para Manuel Chaves y José Luis Rodríguez Zapatero. En el PSOE se asegura que Guerra "ningunea" a Arenas porque el histórico dirigente socialista piensa en clave "estatal" y sólo habla de Mariano Rajoy o de José María Aznar, y en el PP se sostiene que los socialistas "esconden" a Guerra y que por eso no se produce un enfrentamiento directo entre los dos candidatos.

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Dos candidatos que no han entrado en el duelo directo y que seguirán encontrándose en el AVE, donde cruzarán saludos con cordialidad.

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