El BBVA elogia al Gobierno en plena campaña

Francisco González promete beneficios y dividendo récord para este año en la junta de accionistas del banco

La junta general de accionistas del BBVA, celebrada ayer en el Palacio de Euskalduna de Bilbao, ha coincidido este año con el inicio de la campaña electoral. Y el presidente del banco, Francisco González, aprovechó esa oportunidad para lanzar inequívocos elogios a la política económica llevada a cabo por el Gobierno de Aznar.

"En los últimos años, España ha dado un salto cualitativo; en el lapso de ocho años la convergencia real [con la Unión Europea] ha progresado cerca de ocho puntos. A finales de 2003, la renta media española suponía casi un 86% de la media europea. El dinamismo de l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La junta general de accionistas del BBVA, celebrada ayer en el Palacio de Euskalduna de Bilbao, ha coincidido este año con el inicio de la campaña electoral. Y el presidente del banco, Francisco González, aprovechó esa oportunidad para lanzar inequívocos elogios a la política económica llevada a cabo por el Gobierno de Aznar.

"En los últimos años, España ha dado un salto cualitativo; en el lapso de ocho años la convergencia real [con la Unión Europea] ha progresado cerca de ocho puntos. A finales de 2003, la renta media española suponía casi un 86% de la media europea. El dinamismo de la economía española, impulsado por el acceso de nuestro país a la unión monetaria y por una política de estabilidad presupuestaria y de reformas estructurales, se ha traducido en un vigorosa creación de empleo: más de cuatro millones de empleos en los últimos ocho años. Desde 1994, España ha creado tres de cada 10 empleos generados en el área del euro. Esta capacidad de generar empleo y de mantener un crecimiento económico robusto, incluso en un entorno desfavorable, es un rasgo nuevo y muy positivo de nuestra economía". Incluso llegó a apuntar que "hay que viajar por el mundo para ver la posición que tiene ahora España". Pero no mencionó, sin embargo la alta precariedad de ese empleo.

Más información

El capote al Ejecutivo del PP llegó enseguida. Tras una mención "al año particularmente convulso" y del nuevo orden internacional que ha seguido al conflicto de Irak; de hablar del "espectacular crecimiento de China, confirmando que allí se encuentra una de las claves de la economía del siglo XXI", del "importante" de EE UU, del "positivo" de Latinoamérica y del "decepcionante" de Europa, con la excepción de España ("cuyo crecimiento del 2,4% contrasta con el escaso 0,4% del área del euro").

Sociedad estable y próspera

González, que inició su carrera como banquero hace ocho años tras la llegada del PP al Gobierno, que le nombró presidente de Argentaria, vaticinó que "la recuperación europea será más lenta y gradual, lastrada por los problemas institucionales y estructurales de la UE y por la fuerte apreciación del euro". Pero España, no. "Parte de una posición más favorable, un año más debe mantener un diferencial de crecimiento con el conjunto del área". Y nueva alabanza, esta vez más extensiva: "En los últimos 25 años, nuestro país ha dado pasos de gigante para construir una sociedad democrática estable y próspera". Pero, para continuar el favorable comportamiento "es necesario profundizar en las reformas estructurales y de los mercados" y solicitó más inversión en educación y tecnología, que "será clave para nuestra competitividad futura".

González transmitió un mensaje optimista para España en 2004, pero indicó que todavía existen incertidumbres como la evolución del tipos de cambio, especialmente del euro y el dólar; la marcha de los tipos de interés; la robustez de la recuperación de EE UU y la intensidad de la mejora de la situación de América Latina.

A diferencia de otros años, González no hizo ninguna referencia al terrorismo mundial (durante su discurso corrió el rumor de la detención de Bin Laden, posteriormente desmentido) ni al de ETA. Tampoco se refirió a la situación política del País Vasco, a pesar de que en otras ocasiones ha reivindicado el mantenimiento de la legalidad frente a la posible aprobación del Plan Ibarretxe que cuestiona el actual orden constitucional.

González, que ha cumplido dos ejercicios completos como presidente único del BBVA, resumió la situación diciendo que "2002 fue el año de nuestro diseño estratégico; 2003 ha sido el de su implementación, y 2004 tiene que ser el de la aceleración. Ha llegado el momento de poner todo el potencial del banco al servicio del crecimiento rentable".

El presidente del BBVA no precisó ningún objetivo numérico de beneficio neto atribuido para 2004, pero sí se comprometió a superar las estimaciones de los analistas. Estos cálculos anticipan un resultado neto de 2.475 millones, lo que supone una subida del 11% sobre los del año pasado de 2.227 millones de euros.

González hizo referencia a "las duras decisiones del pasado" que supusieron hundir el beneficio con una provisiones extraordinarias de 427 millones y reducir el dividendo un 9%. De hecho, el resultado neto de 2003 todavía está por debajo del conseguido en 2001 y el dividendo aprobado con cargo al año pasado (0,384 euros por acción en total, después de que se abone el 10 de abril un complementario de 0,114 euros), con una subida del 10,3% es prácticamente igual al de 2001. El beneficio por acción aumentó el 29,5%. "Sin embargo", en opinión de González, "todo el esfuerzo realizado ha merecido la pena porque el BBVA es, en la actualidad, una de las entidades más fuertes y eficientes de Europa". De hecho, indicó que la entidad "no está satisfecha con este resultado" y aspira a cotas más elevadas.

En este sentido, José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado, apuntó en su discurso los logros de cada una de las divisiones del banco y anticipó que en 2004 el grupo crecerá, "a través del negocio recurrente como con las adquisiciones, "donde la operación de México es un claro ejemplo". Bancomer fue uno de los protagonistas de la junta. El BBVA invertirá en esta entidad, el banco privado más grande de Latinoamérica, 3.300 millones de euros, para adquirir el 40% del capital que todavía no controla. Para señalar la magnitud de esta operación, González dijo que "va a marcar la historia de nuestro grupo", sin mencionar que la adquisición del 60% restante fue decisión del anterior equipo gestor.

Apuesta tecnológica

González destacó otro de los factores que quiere implantar en el BBVA: la tecnología. Este ejecutivo confía en que sea una ventaja competitiva y manifestó que, tras reunirse el sábado con los 1.700 primeros ejecutivos, "por primera vez en la historia de este banco, la innovación será una clave de crecimiento". Insistió en que "todo debe girar alrededor del cliente. Él es nuestro héroe y debe serlo así para todos, desde el presidente al más reciente colaborador". Para alegrar al personal, recordó que la cotización ha subido considerablemente "ya que hace un año estaba a 7,91 euros y hoy está en torno a los 11 euros, casi un 40% más".

En el turno de preguntas, un accionista le recordó que, "hace años, el BBVA era el primer banco de España y ahora es el segundo". González respondió que, "respecto al Santander, que supongo que es a la entidad que se ha referido el accionista, debo decirle que competimos con él en muchos campos, no sólo en España, pero nuestro plan es bueno y se cumple de forma inexorable". La junta aprobó una reforma estatutaria para suprimir algunas medidas de blindaje: la reforma ha eliminado el requisito de ser miembro del consejo durante un mínimo de tres años para poder ser nombrado presidente o vicepresidente de la entidad.

José Ignacio Goirigolzarri (izquierda) junto a Francisco González, ayer, durante la junta de accionistas.SANTOS CIRILO

La cara amable de FG

Había expectación en el auditorio por el comportamiento de Francisco González con los accionistas tras el episodio de la junta del año anterior, cuando se enzarzó verbalmente con varios de los intervinientes en el turno de ruegos y preguntas. Entonces mostró una imagen dura y autoritaria. Ayer se le vió un rostro más amable y humano. Cuando su discurso se precipitaba hacia el final y tocaba agradecer la colaboración de los 86.000 empleados del banco, el gesto rocoso de González se ablandó. Elevó la vista al infinito, se le quebró la voz y se le aguaron los ojos. La pantalla gigante le reflejó. Desde el fondo del auditorio -con unas 3.000 personas, de las que 2.000 eran empleados- estalló un aplauso por toda la sala.

Hubo un halo escénico en el palacio. Después tocaba fajarse con los accionistas contestatarios (muchos de los 14 que intervinieron ayer repetían, y recordaron las palabras broncas del año anterior); pero este año las cosas no pasaron a mayores, salvo alguna referencia ("don Fernando

, ya nos conocemos y no es justo, caramba; llevo ocho años escuchándole lo de su pensión y se lo oiré el año que viene; pero mientras tanto, un poco de alegría", le contestó algo airado a la persona que le censuró un comportamiento "alejado de la ética y la legalidad" y le reprochó las altas retribuciones del consejo). Contestó que cobra menos de la media de los presidentes de las cien primeras empresas europeas, defendió sus planes de expansión como "buenos e inexorables" y subrayó la vocación vasca del banco, que no va a trasladar la sede a Madrid.

Lo que nadie le escuchó fue una mención a los servicios prestados por los consejeros que han dejado el cargo el último año: el vicepresidente Jesús Caínzos y el vocal Gregorio Marañón. La junta aprobó la incorporación de José Antonio Fernández Rivero y Carlos Loring.

Aunque aseguró que el banco va a tener "tolerancia cero" con las malas prácticas empresariales, no quiso entró en el asunto que centró la junta anterior: las cuentas secretas de Jersey que supusieron la mayor crisis del banco.

Archivado En