"He salido de un infierno", declara el talibán español a la cadena SER

Hamed Abderramán, el español capturado en Afganistán e internado durante dos años y tres meses en la base americana de Guantánamo (Cuba), ha denunciado haber salido de "un infierno" de torturas por parte de sus captores en una entrevista exclusiva realizada por la cadena SER, a la que contestó por escrito tras serle enviado un cuestionario cuando estaba ingresado en el hospital Gregorio Marañón, de Madrid.

Abderramán explica que salir de Guantánamo "ha sido la salida del infierno", que recuerda "con horror". "A mí, los militares, al detenerme, me pisaron la cabeza, tumbado boca abajo. F...

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Hamed Abderramán, el español capturado en Afganistán e internado durante dos años y tres meses en la base americana de Guantánamo (Cuba), ha denunciado haber salido de "un infierno" de torturas por parte de sus captores en una entrevista exclusiva realizada por la cadena SER, a la que contestó por escrito tras serle enviado un cuestionario cuando estaba ingresado en el hospital Gregorio Marañón, de Madrid.

Abderramán explica que salir de Guantánamo "ha sido la salida del infierno", que recuerda "con horror". "A mí, los militares, al detenerme, me pisaron la cabeza, tumbado boca abajo. Fuimos pisoteados y atados con unas cuerdas finas que nos hacían sangre".

El primer mes de su cautiverio estuvo "en una celda de dos por dos metros que tenía una plancha de hierro, con un calor insoportable y poniendo todo el día música patriótica americana fortísima. Era el Born in the USA, de Bruce Springsteen. Teníamos que ponernos toallas mojadas en la cabeza para soportar el calor y no oír la música".

"Luego nos pasaron a unas celdas más pequeñas, peores, de dos metros por uno", prosigue Abderramán. "Nos sacaban al patio sólo 15 minutos. Las celdas eran de hierro y con luz artificial encendida permanentemente, día y noche. Nos duchábamos sólo dos veces por semana y siempre salíamos atados de pies y manos, con los ojos vendados, los oídos tapados y una mordaza", agrega.

El "campo de engorde"

Por la mañana, les levantaban a las cinco y media, e iniciaban el rezo. A las ocho, tomaban el desayuno. "Después, yo leía el Corán mucho tiempo. Después, comíamos, y por la tarde rezo y, si podíamos, hablábamos con los otros vecinos, pero eso ya fue en el campo de engorde. Yo leía el Corán y después nos íbamos a dormir". Preguntado si, como se ha dicho, había muchos suicidios, el preso responde: "Ni idea, porque estábamos aislados".

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Abderramán explica su presencia en Afganistán antes de la guerra porque "quería aprender el Corán en la madrasa. Y no me interesaba ir a Europa, porque allí hay mucho delito y mucha droga", dijo. Se fue con su amigo Abdulá, a través de Teherán, en agosto de 2001. "Estaba allí, en las escuelas, y pasó lo del 11 de septiembre. Entonces, los jefes religiosos nos dijeron que nos fuéramos, que vendrían los americanos y la Alianza del Norte. Luego, Abdulá murió en un bombardeo sobre Jalalabad, y después me detuvieron".

El ex preso de Guantánamo asegura que no llegó a luchar en las filas de los talibanes. "Me escapé antes. No cogí armas. Nos dijeron que nos fuéramos para evitar que nos mataran".

A preguntas de la SER, Abderramán condena "los atentados del 11-S, el terrorismo y la muerte de niños y mujeres", y también las actividades de Al Qaeda, con la que dice que no ha tenido nada que ver.

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